El Ministerio del Interior (MININT) anunció que logró desarticular parcialmente lo que califican como una red de tráfico ilegal de divisas entre Estados Unidos y Cuba, supuestamente encabezada por el exiliado Humberto Julio Mora Caballero, desde Miami. El gobierno cubano presentó la operación como una “nueva modalidad delictiva”, aunque el trasfondo real apunta a la crisis estructural y la falta de control del régimen sobre el dinero que circula fuera del sistema oficial.
Según el teniente coronel Yisnel Rivero Crespo, jefe del Departamento de Delitos Económicos del MININT, Mora Caballero habría movilizado entre febrero y septiembre de 2025 más de 1,000 millones de pesos cubanos y cerca de 250,000 dólares a través de mecanismos paralelos al sistema bancario formal. La operación funcionaba con un eje en Miami y una base en Camagüey, desde donde se distribuían pesos cubanos a familiares de emigrados y se pagaban proveedores sin pasar por los canales oficiales. En palabras del MININT, el dinero permanecía “en la calle”, alimentando la economía informal y las importaciones paralelas.
Dentro de la isla, al menos cuatro propietarios de mipymes están bajo investigación por utilizar estos servicios para importar insumos sin recurrir a las vías estatales, “compensando” los pagos a sus clientes en pesos cubanos. El gobierno ha introducido el término “financista” para describir a operadores como Mora Caballero, que captan divisas en el exterior y gestionan su conversión dentro de Cuba. Se trata de un reflejo claro del colapso del sistema bancario cubano y de la necesidad de vías alternativas para mover dinero, especialmente en medio del auge del sector privado emergente.
Según el MININT, Mora Caballero cobraba comisiones dobles: una sobre las remesas enviadas desde el exilio y otra a los dueños de mipymes que necesitaban moneda extranjera. Mientras tanto, las autoridades admiten que menos del 10% de las remesas ingresan por canales oficiales, y el resto se mueve por vías paralelas que el Estado no controla.
El caso también ha servido para enviar un mensaje de advertencia al sector privado, que ya sufre un incremento en controles financieros y tributarios. Los blogs oficiales, gestionados por la Seguridad del Estado, comenzaron a preparar el terreno mediático, alertando sobre posibles estafas y dejando claro que cualquier movimiento financiero fuera de los canales estatales será vigilado con lupa.
Lo cierto es que el tráfico de divisas por vías no oficiales no es nuevo en Cuba, pero ha ganado fuerza con la dolarización parcial de la economía, la inflación descontrolada y el derrumbe del peso cubano. El gobierno culpa a Estados Unidos de estas distorsiones, pero la realidad apunta a otra cosa: millones de familias necesitan formas confiables de enviar y recibir dinero fuera del alcance del sistema estatal, cada vez más inoperante.
El expediente 121/2025 sigue en fase preparatoria, con más de una docena de personas bajo medidas cautelares. Mora Caballero ya había sido investigado previamente, y el MININT reconoce que existen otras redes similares, dejando claro que la estructura desarticulada es apenas la punta del iceberg. Mientras tanto, los cubanos continuarán buscando maneras de sobrevivir y mantener a sus familias, en un país donde el límite entre lo legal y lo necesario se difumina cada día más.







