En plena crisis económica y energética, Cuba recibió un invitado inesperado… y bastante caro. Un BMW M8 Competition, valorado en más de 200 mil dólares, llegó recientemente a la isla y, como era de esperarse, las redes sociales estallaron entre asombro, indignación y más de un meme. El video que muestra su descarga desde un contenedor marítimo se viralizó casi al instante gracias a la cuenta de TikTok @cuba_autos2.
Las imágenes muestran al imponente deportivo alemán saliendo lentamente del contenedor, mientras los trabajadores portuarios supervisan cada movimiento. Su color negro metálico, líneas agresivas y motor V8 biturbo de 625 caballos de fuerza lo hacen parecer más una estrella de cine que un auto que vaya a circular por las calles cubanas, donde la mayoría de los autos tienen más de medio siglo de historia.
El lujo de este BMW no pasó desapercibido entre los usuarios cubanos. Los comentarios en redes rápidamente reflejaron asombro, incredulidad y hasta molestia. “La pregunta es cómo entró el carro”, escribió un internauta. Otro agregó: “¿Cuál es la necesidad de llevar ese carro para Cuba? Eso es lo único que pregunto, porque lo demás es muy difícil de comprender, la verdad”.
Más allá de la sorpresa, muchos cuestionaron la utilidad de un vehículo de este nivel en un país donde escasea incluso la gasolina. “Yo me pregunto, ¿para qué quiero eso en Cuba si no hay nada? ¿Cómo le echas combustible a esa bestia? No hay ni jama. Me encantaría saber cuál es el objetivo”, escribió otro usuario, reflejando la lógica de la mayoría de los cubanos que viven el día a día de apagones y transporte limitado.
El BMW M8 Competition acelera de 0 a 100 km/h en apenas 3,2 segundos, una cifra impresionante que contrasta de manera brutal con la realidad del transporte en la isla. Muchos cubanos dependen de bicicletas, transporte público saturado o coches antiguos que parecen reliquias de museo. La llegada de un vehículo de lujo como este reabre la conversación sobre los enormes contrastes y privilegios que existen en Cuba, donde la importación de autos está estrictamente limitada y los precios oficiales de los vehículos nuevos son imposibles para la mayoría.
Este episodio demuestra, una vez más, la distancia entre el lujo extremo y la vida cotidiana de los cubanos. Mientras algunos disfrutan de autos de cientos de miles de dólares, la mayoría lucha por sobrevivir con recursos mínimos. Y por supuesto, no falta quien se pregunta lo que todos pensamos al ver un BMW así en Cuba: “¿Con qué gasolina lo van a llenar?”
