Una nueva “rotura imprevista” en una subestación eléctrica dejó a seis municipios de La Habana sin una gota de agua desde la medianoche de este domingo, según informó la estatal Aguas de La Habana. El problema, una avería en la instalación que alimenta el sistema de bombeo de la Cuenca Sur, paralizó todo el suministro desde las 00:10 a.m., dejando secos a Plaza de la Revolución, Centro Habana, La Habana Vieja y grandes zonas del Cerro, Diez de Octubre y Boyeros.
La empresa aseguró que la Eléctrica de Mayabeque está metida “desde las primeras horas” en la reparación, pero hasta la tarde del domingo no dio señales claras de si el servicio ya estaba restableciéndose. En resumen, los afectados solo saben lo mismo de siempre: que hay una rotura, que los técnicos trabajan, y que toca aguantar.
En Plaza de la Revolución, el corte fue prácticamente total, aunque la zona hospitalaria y los barrios cercanos a la Loma del Príncipe deberían haber empezado a recibir agua pasadas las 10:30 a.m. Lo mismo ocurrió en Centro Habana y La Habana Vieja, donde el suministro quedó completamente interrumpido, sin fecha clara de regreso.
El Cerro también amaneció con los tanques vacíos en repartos como Martí, Palatino, Las Cañas, Casino Deportivo, Cepero Bonilla, Santa Catalina, Atarés y parte del Latinoamericano. Diez de Octubre se quedó sin servicio en Luyanó y parte del Sevillano, mientras que en Boyeros la avería frenó el abasto hacia Miraflores Nuevos, Río Cristal, Altahabana, Capdevila, Embill y Ciudad de la Construcción.
Aguas de La Habana prometió que, una vez completadas las reparaciones, el servicio volverá “paulatinamente” en los horarios habituales, aunque todos sabemos que en Cuba esa palabra puede significar horas, días o semanas. La empresa pidió disculpas, pero cerró los comentarios en su publicación de Facebook, evitando que los afectados reclamaran o exigieran explicaciones. Aun así, la reacción fue evidente: montones de usuarios respondieron con emojis de molestia y tristeza.
Este nuevo episodio se suma a una crisis del agua que no para de empeorar en La Habana, donde más de 233 mil personas sufren cortes permanentes, baja presión o simplemente no reciben servicio. El gobierno ha improvisado un plan de emergencia con 119 pipas para repartir agua, pero la realidad es la misma: la ciudad sigue quedándose seca.
El INRH afirmó recientemente que en el país se ejecutan más de 300 obras hidráulicas con una inversión de cinco mil millones de pesos. Pero mientras tanto, los apagones, las roturas y los salideros siguen tumbando el sistema, y los habaneros se quedan sin poder bañarse, cocinar o limpiar. El resultado ya se vio en varias barriadas de la capital, donde vecinos han salido a la calle a protestar tras pasar semanas, incluso meses, esperando que el gobierno resuelva lo que nunca termina de resolver.
Otra vez, La Habana vuelve a convertirse en la ciudad donde el agua se convierte en lujo y el régimen en silencio.







