¡Increíble! A nueve años de muerto, Fidel Castro “sigue guiando” a Cuba, según Díaz-Canel

Redacción

A nueve años de la muerte de Fidel Castro, Miguel Díaz-Canel vuelve a lo mismo: a invocar al Comandante como si todavía caminara por los pasillos del Palacio de la Revolución. En medio del peor descalabro económico que ha sufrido Cuba en décadas, el presidente cubano decidió recordar al fallecido dictador… asegurando que, de alguna manera, sigue “hablándole” al país. Sí, tal cual lo dijo.

En un mensaje publicado en X, Díaz-Canel escribió que Fidel continúa comunicándose con Cuba a través de su “legado” y su supuesta “inmortalidad”. Según él, quien tenga dudas solo debe “leer, ver y oír” para darse cuenta de que el Comandante en Jefe sigue presente, desafiando a todos con sus ideas desde el más allá. Un discurso que parece salido de otra época, pero pronunciado en pleno 2025.

El problema es que este mensaje cae en el peor momento posible. Mientras el gobernante insiste en mirar al pasado y repetir consignas, el país enfrenta una tormenta perfecta: la economía está en su nivel más bajo en treinta años, la escasez marca el día a día, los apagones revientan récords, los hospitales colapsan, las medicinas brillan por su ausencia y la infraestructura se está cayendo a pedazos. Por si fuera poco, la migración es tan masiva que ya es difícil encontrar una familia que no tenga a alguien “echado pa’ afuera”.

Para muchos, el discurso de Díaz-Canel es una desconexión total con la realidad del cubano de a pie. Mientras la gente se pregunta cómo comprar un paquete de pollo, dónde encontrar un antibiótico o cómo sobrevivir a un apagón de 12 horas, el mandatario decide hablar de “legados inmortales” y “mensajes desde la historia”. Suena poético, sí, pero también profundamente ajeno al drama que vive el país.

No es la primera vez que el gobierno recurre al símbolo de Fidel en medio de la crisis. De hecho, es casi una estrategia: cuando no hay soluciones, vuelven al pasado. Analistas y ciudadanos coinciden en que este uso constante de la figura de Castro muestra la falta de liderazgo propio en la cúpula actual. Nueve años después de su muerte, el fantasma político del Comandante es la muleta a la que acuden cuando el presente se vuelve imposible de justificar.

Mientras tanto, el país enfrenta un panorama que se complica por día: economía paralizada, descontento social en aumento, miles de presos políticos tras las protestas del 11J, y una represión que sigue activa para silenciar cualquier intento de oposición. Es la receta perfecta para un desastre prolongado, y aun así, el gobierno insiste en buscar respuestas en un líder que ya no está.

Y entre tanto discurso épico, ¿qué pasa con el cubano de la esquina? Pues lo de siempre: salarios que se esfuman en tres días, mercados vacíos, transporte que no da abasto, pobreza creciendo a un ritmo alarmante y apagones de más de 10 horas en provincias enteras. La vida diaria es una carrera de resistencia donde la esperanza se mezcla cada vez más con el cansancio.

Por eso no sorprende que las palabras de Díaz-Canel provoquen críticas tanto dentro como fuera de la isla. Para muchos, es la prueba definitiva de que el gobernante vive en una especie de burbuja ideológica, desconectado del caos que enfrenta el país. Mientras él habla de inmortalidad, el pueblo lo que pide es electricidad, comida, medicinas y un respiro.

Habilitar notificaciones OK Más adelante