Díaz-Canel vuelve a su repertorio de frases huecas y asegura que Cuba saldrá de la epidemia con «inteligencia»

Redacción

Miguel Díaz-Canel volvió a tirar de su repertorio de frases huecas y aseguró este martes que Cuba saldrá de la epidemia con “inteligencia”. Lo dijo en una reunión del Consejo de Defensa Nacional con científicos y expertos, un show más de esos donde todos asienten mientras el país se hunde.

El llamado del gobernante fue a “centrarse en el combate a las arbovirosis con inteligencia y efectividad”. Suena bonito, pero la realidad es que el mosquito está ganando por goleada y el sistema de salud no tiene ni el mínimo para enfrentarlo.

Durante el encuentro, la viceministra Carilda Peña soltó las cifras de la semana: 7,713 casos nuevos, de ellos 7,576 sospechosos y apenas 137 confirmados. Y si esas son las cifras oficiales, imagínate las reales en un país donde ni tirando tres piedras juntas aparece un PCR.

El doctor Raúl Guinovart, de la Universidad de La Habana, advirtió que la curva seguirá subiendo. Nada que sorprenda cuando no hay fumigación, no hay control focal y no hay recursos. Ni los propios expertos del régimen logran maquillar el desastre.

La jefa de Neonatología, Tania Roig, lanzó la alerta más dura: los niños menores de 3 años son los más golpeados, con mortalidad del 10% y secuelas en el 20% de los casos. Es un golpe seco para un sistema que siempre presume de “potencia médica”, pero que hoy no puede ni garantizar un mosquitero.

Mientras Díaz-Canel habla de “inteligencia”, la realidad afuera es brutal. Más de 100 personas están en terapia intensiva, la mayoría niños. El lunes se reportaron 3,421 casos febriles, y casi todos están ingresados en sus casas, sin seguimiento real, sin medicamentos y rezando porque no les caiga encima otra enfermedad.

Según el MINSAP, en Cuba ya se acumulan 34,824 casos de chikungunya, pero los confirmados por PCR son apenas 1,028. Los demás son sospechosos porque el país no tiene capacidad para comprobar nada. La epidemia ya está en 14 provincias y 100 municipios, un mapa rojo que no deja espacio para el optimismo.

El dengue también sigue en ascenso. En Pinar del Río apareció otro salto con 105 casos nuevos. En el resto de Cuba hay transmisión por todas partes, aunque el régimen lo suaviza con sus típicos “no se precisan cifras”.

La viceministra admitió que ni el plan de fumigación ni el control focal se cumplieron, especialmente en La Habana y Camagüey. La misma historia de siempre: falta de personal, falta de recursos y una gestión que hace agua por todos lados. Ella lo resumió sin vueltas: “Si no matamos el mosquito, será muy difícil controlar la epidemia”.

El país enfrenta una crisis sanitaria de proporciones gigantescas mientras el gobierno sigue operando a base de consignas. No hay químicos, no hay brigadas suficientes, no hay estrategia efectiva. Y el mosquito, ese sí, trabaja full time.

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