Lo que comenzó como un simple robo de un celular terminó convirtiéndose en un hallazgo que dejó boquiabiertos a las autoridades de Monterrey. Liván O., un cubano de 26 años, junto con un mexicano y una colombiana, fueron detenidos por robar un iPhone 17 —valorado en unos 34,000 pesos— y terminaron ligados a un cargamento de 90 kilos de marihuana. Sí, así de inesperado fue todo.
El lunes 24 de noviembre, alrededor de las 2:50 p.m., la víctima, una mujer de 38 años, había acordado la venta de su celular a través de Facebook Marketplace. Lo que parecía una transacción normal se convirtió en un asalto a mano armada: Liván O. se subió al auto de la mujer, apuntó con un arma y se llevó el dispositivo. Luego, intentó escapar a pie. Su plan no duró mucho, porque la policía que patrullaba la zona lo interceptó cerca del lugar del crimen.
Mientras Liván O. era detenido, sus cómplices —Jairo Rivaldo R., mexicano de 25 años, y Bárbara M., colombiana de 23— trataron de impedir la captura golpeando a los agentes. Obviamente, los policías los arrestaron también, y al cubano le decomisaron el arma con la que había amenazado a la víctima. Todo parecía un caso típico de robo de celular, hasta que la historia dio un giro inesperado.
Al día siguiente, la Policía de Monterrey y la Agencia Estatal de Investigación allanaron la casa donde el cubano había intentado refugiarse tras el asalto. Allí encontraron 89 bolsas de marihuana, cada una de aproximadamente un kilo, listas para ser distribuidas. Además, había básculas digitales, selladoras y bolsas de plástico, evidencia de que en esa vivienda se estaba operando con dosis de la droga para la venta.
Este hallazgo convirtió un robo menor en una investigación mucho más seria relacionada con el narcomenudeo. Las autoridades ahora analizan el caso con lupa, buscando entender si este hecho aislado forma parte de una red mayor de distribución de drogas en Monterrey.
Mientras tanto, la víctima y la comunidad se quedaron con la impresión de que un simple robo de un teléfono puede esconder historias mucho más grandes y peligrosas. Lo que comenzó como un intento de ganar un celular a través de Facebook Marketplace terminó revelando un cargamento de drogas y un entramado de crimen que no se veía venir.
En Monterrey, esta historia será recordada como un ejemplo de cómo los delitos aparentemente menores pueden destapar redes más complejas. Y Liván O., el cubano protagonista, ahora enfrenta cargos que van mucho más allá del robo de un iPhone.
