En Matanzas las alarmas están encendidas. La Dirección General de Salud de la provincia ha emitido una alerta por el aumento de infecciones respiratorias, y los médicos insisten en reforzar medidas preventivas, sobre todo entre los grupos más vulnerables: niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Según el periódico oficial Girón, aunque este incremento es “común para esta época del año”, la situación requiere atención extra. Las autoridades subrayan que los más frágiles enfrentan riesgos mayores de complicaciones si no se toman precauciones. Lavado de manos constante, uso de mascarilla en espacios cerrados y cubrirse al toser o estornudar son algunas de las recomendaciones básicas.
Pero el panorama se complica con la escasez de insumos esenciales. Las boquillas de aerosol, cruciales para tratar crisis respiratorias como el asma, están prácticamente desaparecidas en la provincia, lo que preocupa a médicos y pacientes por igual. A pesar de que la Dirección Provincial de Salud intenta minimizar el problema, alegando que hay otras formas de administrar medicamentos, los profesionales aseguran que sin estas boquillas la eficacia del tratamiento se ve seriamente comprometida.
Además de la escasez de insumos, el sistema de salud local está al límite. Los hospitales enfrentan deterioro, falta de personal y largas esperas para recibir atención médica crítica. Todo esto ocurre justo en un momento en el que los virus respiratorios circulan con fuerza, típicamente entre finales e inicios de año, y la presión sobre las instalaciones de Matanzas es especialmente fuerte.
Las autoridades también recuerdan que la vacunación antigripal sigue siendo una de las mejores herramientas para evitar cuadros graves. Invitan a la población a acudir a los centros de salud para informarse y protegerse, recordando que “la salud es una responsabilidad de todos” y que la prevención comunitaria es clave para cortar la cadena de transmisión.
El contexto sanitario de la provincia no ayuda: además de las infecciones respiratorias, Matanzas lidia con brotes de dengue y chikungunya, lo que agrava la crisis y hace que los hospitales estén saturados. Los ciudadanos denuncian la falta de medicamentos y equipos básicos, lo que limita la atención efectiva y aumenta la ansiedad de las familias afectadas.
Mientras tanto, las recomendaciones siguen siendo claras: ventilar los espacios, quedarse en aislamiento voluntario si aparecen síntomas y buscar orientación médica de inmediato. La combinación de prevención personal y comunitaria es la mejor herramienta que tiene la población para enfrentar esta temporada crítica de virus respiratorios.







