En Cuba, cuando crees que ya lo has visto todo, el régimen siempre se las ingenia para sorprenderte con un capítulo nuevo de su serie favorita: Romantizando la Revolución. Este martes, el gobierno volvió a subir la parada con una boda colectiva de militares “en saludo al desembarco del Granma” y al Día de las FAR. Sí, así mismo: amor, uniforme y consignas, todo mezclado en un mismo paquete ceremonial.
El evento, que forma parte de esas tradiciones viejas que La Habana insiste en mantener para barnizar la épica revolucionaria, tuvo lugar en el Instituto Técnico Militar “José Martí”. Allí, varios jóvenes soldados y oficiales dieron el “sí, acepto” mientras sostenían simbólicamente las armas que supuestamente los convierten en herederos de una gesta gloriosa. El Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar) se encargó de promocionarlo en Facebook, como si se tratara del evento del año.
“‼️Boda bajo las armas en el ITM ‘José Martí’‼️… ¡Felicidades!”, escribió el Minfar junto a varias fotos donde pueden verse a los novios uniformados, sonrientes y rodeados de altos mandos militares que también posaron como padrinos institucionales. Una escena que, para muchos cubanos, parece más un acto político que un acto de amor.

Mientras tanto, la ceremonia coincidió con otro clásico del almanaque revolucionario: el acto conmemorativo en Las Coloradas, Niquero, por el 69 aniversario del desembarco del yate Granma. Allí, autoridades del Partido Comunista y la Unión de Jóvenes Comunistas repitieron los discursos de siempre sobre “unidad”, “continuidad” y la eterna épica que, según ellos, debe seguir inspirando a las nuevas generaciones.
Durante ese acto político también se entregaron carnés a nuevos militantes, en un ritual que sigue la misma fórmula que hace décadas: solemnidad exagerada, consignas recicladas y mucho simbolismo que no compite ni con una novela turca en rating.
Lo que sí llamó la atención fue la gigantesca caravana de transporte estatal que el régimen movilizó desde diferentes municipios para garantizar la asistencia al evento. Varias imágenes difundidas por CNC TV Granma mostraron ómnibus llenos rumbo al acto, mientras los reportes ciudadanos denunciaban la otra cara de la moneda: no hay combustible para ambulancias, para el transporte público y ni hablar de los particulares, pero para un acto político siempre aparece el milagro.
“Desde la cabecera municipal en Niquero sale la caravana con los participantes…”, publicó la televisora local, sin mencionar que esa misma zona lleva semanas prácticamente paralizada por la falta de gasolina.
Así, la boda militar y la conmemoración del Granma terminaron siendo dos caras de la misma estrategia: mucha propaganda, muchos uniformes, mucho discurso… y muy poca conexión con la realidad diaria del cubano de a pie.







