La identidad del joven fallecido en el violento suceso ocurrido en Trinidad ya quedó confirmada, y la noticia ha sacudido al municipio completo. Se llamaba Erandys Zerquera, tenía apenas 23 años y, según vecinos de la zona, estaba de pase porque cumplía una sanción penal. Lo que debía ser un día cualquiera terminó convertido en otra tragedia que deja preguntas, dolor y un sentimiento de inseguridad que crece sin freno en Sancti Spíritus.
Las versiones recogidas apuntan a que el muchacho se vio envuelto en una pelea colectiva donde varias personas se agredieron entre sí. En medio del caos, Erandys recibió heridas tan graves que no sobrevivió. Algunos testigos aseguran que el agresor huyó del lugar, mientras otros comentan que también resultó lesionado. Hay reportes que ubican el incidente en la zona de La Pastora, un punto donde ya antes se habían mencionado problemas de violencia. Para añadir más peso al drama, el joven deja un hijo pequeño de apenas dos años, y su madre, Milagros, estaría actualmente fuera del país.
Desde temprano, familiares, amigos y vecinos han inundado las redes con fotos y mensajes de despedida. Trinidad está de luto, pero también está cansada. La gente tiene miedo, y lo dice sin rodeos. Cada hecho violento se suma a una lista que nadie quiere ver crecer, y muchos residentes sienten que las autoridades no están haciendo lo suficiente para frenar esta ola de inseguridad.
En un municipio que antes se conocía más por su turismo y su tranquilidad, ahora lo que domina es la preocupación. La sensación de que “todo se está saliendo de control” pesa cada vez más. Y mientras el régimen sigue entretenido con discursos, anuncios vacíos y excusas recicladas, los cubanos siguen poniendo los muertos. Aquí abajo, en la vida real, la violencia avanza más rápido que cualquier respuesta oficial.
