Nuevo derrumbe en el antiguo ISDI: otro símbolo de La Habana que se cae a pedazos ante los ojos del régimen

Redacción

La Habana volvió a estremecerse este miércoles con un nuevo derrumbe parcial en el edificio que fuera sede del antiguo Instituto Superior de Diseño (ISDI). El colapso ocurrió apenas días después de que arquitectos y especialistas alertaran públicamente que el inmueble estaba al borde del desastre. Las advertencias, como suele pasar en Cuba, quedaron en el aire.

La empresa Gómez y Durán Construcciones SRL confirmó el siniestro en redes sociales con un mensaje que lo decía todo: “Cuando el abandono se convierte en derrumbe parcial. Las alertas no sirvieron de nada”. Junto a sus palabras, mostraron imágenes del lateral desplomado del edificio, una escena que retrata a la perfección el estado crítico del patrimonio habanero.

La misma empresa había hecho una denuncia previa, donde advertían del deterioro severo del inmueble. “Cuando el abandono se adueña de las edificaciones”, escribieron en referencia al viejo ISDI. Era un aviso directo, casi desesperado, que quedó sin respuesta oficial.

El medio independiente CubaNet también reportó el incidente y compartió un video donde se aprecia el área colapsada. El derrumbe ocurrió cerca del mediodía, según testigos, quienes aseguran que el edificio se estremeció con un estruendo seco que se escuchó en varias cuadras de Centro Habana.

Vecinos y trabajadores contaron que vieron personas dentro del inmueble instantes antes de que parte de la estructura cediera. Algunos comentaron con preocupación que “allí duermen varios sin hogar”, lo que ha disparado el temor de que haya víctimas. Hasta el momento, ninguna autoridad ha confirmado si hubo heridos o fallecidos, aunque el silencio oficial ya es casi una tradición en estos casos.

Tras el desplome, varios residentes se acercaron a recoger ladrillos y pedazos de material caído. Es la imagen más cruda de la precariedad habanera: gente recogiendo escombros para remendar sus casas, mientras el Estado observa desde lejos. En una ciudad donde ya ni los derrumbes sorprenden, el reciclaje de ruinas se ha vuelto rutina.

El inmueble que durante décadas albergó al ISDI es parte del patrimonio arquitectónico de la capital, pero su estado actual revela un abandono absoluto. La falta de mantenimiento lo ha empujado a un deterioro progresivo que en el último año se agravó con varios incidentes estructurales. Uno de los primeros reportes habló de un desplome parcial sin víctimas, pero ni siquiera ese aviso movió al régimen a actuar con seriedad.

Las autoridades reconocieron el problema solo después, asegurando que tomarían medidas, aunque la realidad demostró que fueron promesas vacías. El edificio siguió deteriorándose y, con él, la memoria de una de las instituciones académicas más importantes del país en el ámbito del diseño.

A la desidia estatal se sumó el descontrol. En días recientes se denunció un saqueo dentro del inmueble, del cual desaparecieron documentos históricos, expedientes estudiantiles y hasta mobiliario. Los vecinos ya habían advertido de la falta total de vigilancia y de la presencia constante de personas durmiendo allí dentro, un escenario que convirtió el viejo instituto en un punto vulnerable no solo por el peligro físico, sino también por la inseguridad.

El antiguo ISDI guardaba en su interior una colección valiosa de trabajos y documentos que forman parte del patrimonio cultural cubano. Sin embargo, la falta de preservación, la negligencia oficial y la ausencia de intervención real han dejado que el edificio se hunda poco a poco, transformándolo en un riesgo para quienes lo rodean y en otro símbolo del derrumbe generalizado del país.

La Habana no se cae por vieja. Se cae por abandono. Y este nuevo colapso lo confirma con una claridad dolorosa.

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