La página de Instagram Conducta Dade contó cómo fue que dieron recientemente con el locutor cubano Rolando Zaldívar, a quien encontraron en una situación francamente dura, de esas que te paran en seco y te hacen pensar en lo cruel que puede ser la vida después de escapar del desastre cubano.
El colectivo compartió un video donde explican que se acercaron al comunicador para saber cómo estaba realmente, conocer sus urgencias y activar, a como diera lugar, una ayuda comunitaria que pudiera sostenerlo en medio de tanta vulnerabilidad.
Según detallaron, la intención principal fue tenderle una mano, asegurarse de que no estuviera completamente solo y promover que la propia gente del barrio se sumara a una red de apoyo alrededor de él. La publicación desató un torbellino de reacciones, con cubanos de Miami, de la Isla y del exilio siguiendo el caso con preocupación y ganas de ayudar.
Conducta Dade aseguró que quiere reencontrarse con él pronto para mantener el acompañamiento. También animó a quienes caminen por la zona donde suele estar a que lo saluden, se acerquen y lo incluyan en esa especie de “cordón humano” que se está formando espontáneamente.
La respuesta de los seguidores fue intensa. Muchos expresaron angustia al verlo tan deteriorado. Una mujer escribió que ella y su esposo lo han buscado varias veces sin suerte, preguntando en qué zona exacta se encuentra. Otros lamentaron el evidente impacto que han tenido las adicciones en su cuerpo y en su estabilidad emocional.
El episodio se volvió aún más delicado cuando salió a la luz su situación legal reciente. El periodista Javier Díaz confirmó en Facebook que Zaldívar fue arrestado en Miami el 1 de noviembre por hurto menor y posesión de cocaína, cargos que responden a hechos ocurridos dos días antes. Díaz incluso publicó la ficha policial, noticia que dejó desconcertados a viejos colegas que todavía lo recuerdan como un profesional extremadamente disciplinado en la radio cubana.
Este arresto se suma a la cadena de golpes que viene marcando su vida en los últimos tiempos. Una vida, por cierto, que contrasta radicalmente con el recuerdo que guardan miles de oyentes dentro de la Isla.
Zaldívar fue una figura emblemática de la radio habanera, especialmente en Disco Fiesta 98, aquel programa de Radio Ciudad de La Habana que marcó a toda una generación en los noventa y los dos mil. Su voz, su dicción impecable y su estilo elegante sirvieron de referencia a muchos jóvenes que soñaban con un micrófono. Incluso quienes nunca lo conocieron en persona hablan de él como un maestro sin querer serlo.
Por eso impacta tanto verlo así, tan lejos del prestigio que construyó y tan cerca del abismo al que empuja la vida migrante, las adicciones y, en no pocos casos, las secuelas emocionales de haber vivido bajo un régimen que te exprime la esperanza hasta dejarte vacío. La precariedad que hoy enfrenta es un recordatorio doloroso de lo que muchos cubanos cargan incluso después de escapar.
Conducta Dade dejó claro que seguirá buscándolo para ofrecerle asistencia. Mientras tanto, la comunidad digital se está coordinando para ubicarlo, tenderle la mano y demostrar, una vez más, que detrás de cada figura pública hay un ser humano que merece apoyo, respeto y un chance real de levantarse.
