El presentador cubano Alexander Otaola volvió a mover ficha en el mercado inmobiliario del sur de la Florida y sumó otra propiedad a su ya amplio dominio en la zona rural de Redland, muy cerca de su famoso rancho. La casa, valorada en casi 1.5 millones de dólares, es una joya campestre que confirma que el hombre no está jugando a lo chiquito.
La vivienda se levanta sobre un terreno de más de cuatro acres y medio, un espacio que en Miami-Dade ya es casi un lujo exótico. Redland y Homestead son territorios de árboles frutales, canales y vida tranquila, justo el tipo de ambiente donde figuras públicas como Otaola buscan privacidad, respiro y un poco de silencio.
Una casa pensada para el confort… y para el campo
La propiedad fue renovada de arriba abajo. Techo nuevo, ventanales reforzados, cocina amplia con isla móvil, salas bien definidas, un family-room generoso y un garaje para dos autos con un medio baño adicional. El patio tipo veranda, cerrado con mosquitero, completa ese aire de casa cómoda, fresca y diseñada para pasarla bien.
Pero lo interesante está afuera. El terreno trae estructuras adicionales, espacios para almacenamiento, talleres y áreas que parecen listas para la crianza de animales. También destacan plantaciones de mamey y sapodilla, invernaderos y otras facilidades que encajan perfectamente con el estilo agrícola de la zona. Es una propiedad que sirve tanto para vivir como para producir.
Una estrategia clara: controlar su entorno
Esta compra encaja perfectamente en el camino que Otaola viene marcando desde hace años. Su rancho es su centro de operaciones, su refugio y su marca personal. Ir adquiriendo terrenos a su alrededor no solo le da más privacidad, sino también más control sobre lo que se construye o no en sus cercanías. Es un movimiento inteligente en un condado donde el desarrollo crece a ritmo de locos.
Aunque no ha revelado qué piensa hacer con la nueva adquisición, gente del sector inmobiliario asegura que podría ser un paso para fortalecer su patrimonio, diversificar inversiones o preparar proyectos futuros. Conociendo el estilo de Otaola, cualquier cosa es posible.
En su portafolio ya figura también una casa de playa en Melbourne, que alquila para vacaciones, una señal de que el presentador entiende muy bien cómo equilibrar vida personal, negocio y bienes raíces.
Otaola no solo domina las cámaras. También está montando un imperio de tierras que, poco a poco, le asegura espacio, libertad y poder en el sur de la Florida.










