Régimen en Guantánamo anuncia “gran operativo” contra red de matarifes que terminó con el arresto de siete cubanos

Redacción

La página oficialista Guantánamo y su Verdad anunció este jueves que un operativo policial en el municipio Niceto Pérez terminó con siete detenidos, supuestamente ligados al hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor. Un despliegue que el régimen vende como “golpe al delito”, pero que para la gente de a pie no es más que otro capítulo del hambre galopando más rápido que ellos.

Según la nota, algunos de los arrestados fueron interceptados cargando mochilas llenas de carne, presuntamente obtenida del sacrificio de tres animales. Otros fueron encontrados descuartizando un equino en una zona rural conocida como Burenes. Escenas que el Estado muestra como trofeos, mientras ignora por completo la raíz del problema: la escasez brutal que obliga a la gente a buscar comida donde pueda.

El mensaje oficialista celebró la supuesta “cooperación entre la comunidad y las autoridades”. Un relato tan repetido como gastado. Lo que no mencionaron es quiénes son los detenidos, cómo se realizó el procedimiento policial ni si existen pruebas reales más allá de las fotos que suelen circular cuando al régimen le conviene. Tampoco explicaron si los acusados tendrán un debido proceso o si terminarán en la cárcel sin más, como pasa tantas veces.

En el oriente cubano, el sacrificio y comercio ilegal de carne se ha convertido en un intento desesperado de supervivencia. La inflación, el desabastecimiento y los mercados estatales vacíos empujan a miles a buscar alternativas que hace décadas eran impensables. En un país donde comprar un pedazo de carne es casi un lujo, la criminalización cae siempre sobre el más pobre.

La ley cubana castiga con hasta 20 años de prisión el sacrificio de ganado mayor sin autorización estatal. Un castigo desproporcionado que contrasta con la impunidad de quienes llevan al país al borde del colapso económico. Mientras el régimen presume estos operativos como “victorias”, la ciudadanía sabe bien que el verdadero delito está en las neveras vacías y en la incapacidad del Estado para ofrecer alimentos básicos.

La historia vuelve a ser la misma: el gobierno atrapando carne, pero incapaz de garantizar comida. Otro show policial para encubrir la crisis que ellos mismos han creado.

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