Un tren cargado de combustible volvió a poner en jaque a Artemisa este jueves, luego de estrellarse contra un tractor en plena vía férrea. El susto fue grande, pero por pura suerte no hubo que lamentar muertes, según los primeros reportes que salieron a la luz.
El convoy, que hacía la ruta La Habana–Pinar del Río, terminó impactando al tractor justo cuando este cruzaba la línea del tren en la avenida 40, un punto bien transitado de la capital provincial. La periodista Yarima Córdova Escobar explicó que el maquinista, identificado como Gustavo Enmanuel, hizo las señales reglamentarias, pero el conductor del vehículo agrícola aparentemente no reaccionó a tiempo.
Aunque nadie perdió la vida, los golpes materiales sí fueron considerables. El tractor quedó seriamente dañado y la locomotora también llevó su parte, otro recordatorio de cómo la infraestructura ferroviaria del país camina al borde del colapso mientras el régimen sigue vendiendo la idea de un sistema “seguro y eficiente”.
La zona quedó clausurada mientras las autoridades investigan el incidente. Sin embargo, para la gente de Artemisa esto no sorprende a nadie. Cada vez que ocurre un accidente en las deterioradas vías cubanas, lo que queda en evidencia es la incapacidad del Estado para mantener un servicio ferroviario mínimamente funcional, con trenes viejos, señales defectuosas y una red que parece sacada de otra época.
Lo de hoy terminó sin tragedia, pero la pregunta que vuelve a flotar es la misma de siempre: ¿hasta cuándo se va a seguir jugando con la vida de los cubanos mientras el Gobierno mira para otro lado?
