El poder no muere: Hija menor de Carlos Lage es dueña de grupo empresarial privado que posee varios restaurantes de lujo en La Habana

Redacción

Mientras el cubano de a pie se rompe la cabeza para conseguir un paquete de pollo o un pomo de aceite, la hija menor del exvicepresidente Carlos Lage parece vivir en otra dimensión. Según una investigación del periodista Mario J. Pentón para Martí Noticias, Cristina Lage Codorniú aparece como dueña —junto a su esposo Orlando Alain Rodríguez Leyva— del grupo empresarial Group Tentacioones SRL, un entramado vinculado a varios restaurantes de lujo en La Habana.

El reportaje expone que detrás de locales como Sensacioones, Woow, Nao Habana y el servicio de entregas IFood estaría esta compañía, presentada como parte del “sueño” de una familia apasionada por la gastronomía cubana. Un sueño muy exclusivo, por cierto, porque en su sitio web no se menciona a los propietarios y todo queda envuelto en ese estilo misterioso tan típico del empresariado conectado al poder.

Las publicaciones en Instagram no ayudan a disimular mucho. En varias de ellas aparece etiquetada la propia Cristina Lage, detalle que refuerza la conexión entre estos negocios y la familia del ex alto dirigente.

Pentón aclara que no existe información oficial que confirme públicamente la propiedad de Lage Codorniú, algo que atribuye a la “opacidad” habitual del sistema. Una opacidad que, por cierto, siempre termina beneficiando a los mismos: la nueva generación de privilegiados que vive al margen de la crisis que ellos mismos ayudaron a sembrar.

El reportaje recuerda que Cubanet fue el primer medio en poner bajo la lupa las propiedades de la hija de Lage, un apellido que carga su propia historia. No es un secreto que el exvicepresidente cayó en desgracia en 2009, cuando Raúl Castro lo acusó de dejarse tentar por las famosas “mieles del poder”. Irónicamente, su familia parece haber encontrado un banquete completo.

Martí Noticias agrega que Cristina Lage, licenciada en Derecho y vinculada al mundo de los derechos de autor, viajaría con frecuencia a Estados Unidos y Europa, moviéndose con pasaporte cubano y visa estadounidense, según fuentes citadas en el reportaje. Todo muy lejos de la realidad del cubano promedio, que hoy vende hasta la bicicleta para pagar un pasaje hacia Managua.

La investigación también expone la enorme brecha entre los menús en dólares de estos restaurantes y el salario estatal promedio. La matemática es simple y dolorosa: mientras una élite conectada al régimen vive rodeada de platos caros y copas brillantes, el pueblo sigue sobreviviendo con salarios que no alcanzan ni para un almuerzo básico.

Cristina Lage no respondió a la solicitud de comentarios de Martí Noticias, lo que deja muchas preguntas abiertas… aunque las imágenes, los precios y la vida cómoda hablan por sí solos. El texto también menciona a otros familiares del exdirigente, subrayando la aparición de una nueva élite empresarial surgida entre los mismos apellidos históricos del castrismo.

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