Profanan panteón de la familia Otaola: huesos desaparecidos y silencio oficial

Redacción

La historia que explotó este viernes en redes sociales parece sacada de una película de terror, pero lamentablemente es real y cubana. Desde Lima, Perú, el influencer y activista cubanoamericano Alexander Otaola denunció en Facebook algo que nadie quiere imaginar: el panteón de su familia, en el Cementerio General de Camagüey, fue profanado.

Según contó Otaola, la tumba de su abuelo paterno —un preso político— apareció hecha trizas, y lo peor: los restos de 16 familiares desaparecieron. “¡Cuba Qué Asco!”, escribió, acompañando su mensaje con la etiqueta #CubaEstadoFallido. Un grito de indignación que rápidamente se hizo viral.

Otaola, que lleva años combinando entretenimiento con denuncias contra el régimen, volvió a utilizar su plataforma para visibilizar no solo la crisis del país, sino algo que golpea el corazón de cualquier cubano: el respeto por los muertos. Su reclamo también abrió la puerta para que otras voces denunciaran la realidad del cementerio.

Entre ellas está la artista Camila Lobón, prima del presentador, quien confirmó que el panteón familiar estaba totalmente vacío. Ni osarios, ni urnas, ni rastro de nadie. Nada. Y esto no es un caso aislado: en este cementerio ya se habían reportado saqueos y abandono desde hace años.

Lobón se mostró completamente desconcertada. “No consigo ni especular sobre las razones detrás de esto”, dijo. Para ella, no hay lógica burocrática ni acto de rapiña que justifique semejante barbarie. Contó que entre los desaparecidos están su abuelo, su tío abuelo preso político, su bisabuela Rosa y su tía bisabuela Mercedes, mujeres que prácticamente criaron a toda la familia. “Simplemente agarraron los restos de mi familia y los botaron”, lamentó.

La artista explicó que, aunque no se considera religiosa, siente un vínculo profundo con sus muertos. “A la que le rezo en mis horas de desesperación es a esa bisabuela”, confesó, enfatizando que para su abuela y los mayores —que sí visitan el cementerio cada año— este golpe ha sido devastador.

Su reflexión final te parte el alma: “Un día te levantas y en el país al que no puedes volver han botado como basura la única parte de ti que quedaba: tus muertos”. Una frase que define la experiencia de muchos cubanos que viven en la diáspora y ven, impotentes, cómo el país se desmorona.

Un cementerio histórico convertido en zona de saqueo

Las denuncias de Otaola y Lobón se suman a un patrón que viene repitiéndose en el Cementerio General de Camagüey, el más antiguo en funcionamiento en Cuba, activo desde 1814. Lo que debería ser una necrópolis histórica hoy parece un escenario de abandono total.

A finales de 2024, el medio independiente CiberCuba recogió el testimonio de José Morell Rodríguez, otro camagüeyano que encontró su nicho familiar violentado: candado forzado, osarios abiertos y cráneos desaparecidos. Diez cajas registradas… todas saqueadas. “Lo que vi fue de horror”, relató.

Según Morell, la administración del cementerio simplemente no dio respuestas. Y como él, muchos otros han denunciado que los saqueos ocurren a plena vista de trabajadores y custodios, sin que nada cambie.

Las imágenes que han circulado en redes muestran un panorama dantesco: huesos al aire, tumbas abiertas, bolsas con restos humanos tiradas como basura. El medio La Hora de Cuba incluso publicó un reportaje titulado “Muerte sin descanso eterno”, donde los vecinos evidencian el nivel de deterioro.

Reacción oficial: tarde y forzada

Solo cuando las fotos y denuncias inundaron internet, la Empresa Provincial de Servicios Comunales decidió pronunciarse. Emitió una escueta nota diciendo que trabajaban “con total receptividad” en la “organización y transformación” del cementerio. Un mensaje que muchos consideraron más una respuesta para apagar incendios que una solución real.

No es cualquier cementerio. Allí reposan figuras históricas como Ignacio Agramonte y otros protagonistas de las guerras de independencia. Pero hoy, el abandono parece ser la norma.

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