Si alguien sabe convertir la desgracia diaria en carcajadas inteligentes, ese es Miguel Moreno, “La Llave”. El humorista guantanamero volvió a romper las redes con un monólogo que, más allá del chiste, pone el dedo en la llaga de una realidad que viven millones de cubanas: ser ama de casa en un país que parece diseñado para complicarlo todo. Y sí, La Llave propone nada menos que redefinir la profesión de ama de casa en Cuba, porque lo que viven esas mujeres no es sencillo… es ingeniería avanzada.
La presentación ocurrió recientemente en el programa “La risa por delante”, dirigido por Osvaldo Doimeadiós y grabado en La Habana frente a un público que no paró de reír. En medio del show, La Llave lanzó un monólogo que ha terminado viral, especialmente un fragmento donde revisita con humor negro esas profesiones en Cuba que ya ni se sabe si sobran, faltan o deberían reinventarse.
Pero lo que realmente prendió las redes fue su propuesta de mirar con otros ojos a las amas de casa cubanas. Y es que, según él, ya es hora de reconocer que estas mujeres cargan sobre sus hombros un nivel de estrés y responsabilidades que muchos profesionales universitarios jamás han experimentado.
“Actualmente un ama de casa cubana tiene que dominar una cantidad de elementos de la realidad, de la cotidianidad, que no se le puede tratar como alguien simple”, soltó Moreno. Y la sala entera explotó en risas y aplausos, porque nadie puede negar que es verdad: ser ama de casa en Cuba es una mezcla entre meteoróloga, ingeniera eléctrica, economista, analista de datos y adivina certificada.
La Llave siguió desarmando la risa del público mientras enumeraba todos esos factores que las mujeres tienen que manejar antes incluso de decidir si fríen un huevo: saber en qué bloque eléctrico están, cuánta electricidad hay disponible, si el agua sube o no sube ese día, si la comida se va a echar a perder porque el apagón viene largo, el precio del dólar, el estado de la conexión… y si de paso Wall Street amaneció de buen humor. Todo contado con ese ritmo suyo que convierte la tragedia diaria en un chiste que duele, pero hace pensar.
Más allá del humor, el monólogo funciona como una radiografía precisa y brutal de la realidad doméstica cubana. Con su estilo directo, irónico y cercano, La Llave logró poner sobre la mesa un tema del que casi no se habla: el agotamiento extremo de las mujeres cubanas, que cargan con un país entero mientras lidian con apagones, escasez, inflación y la eterna incertidumbre de “¿y ahora qué?”.
En redes sociales el fragmento ha corrido como pólvora. En Facebook, especialmente, los usuarios han aplaudido al humorista por “decir lo que muchos piensan”, y por demostrar que, incluso en medio del caos, todavía hay espacio para reírse de la realidad… y para criticarla con inteligencia.










