Hay videos que se viralizan por polémica, otros por humor… y luego están esos que te agarran por el pecho y te dejan con la garganta hecha un nudo. Así pasó con una joven cubana en TikTok que, con un simple gesto, removió emociones profundas en cientos de personas dentro y fuera de la isla. Su historia no tiene lujos ni grandes sorpresas: tiene algo mucho más poderoso. Tiene olor a mamá.
La protagonista del momento es @ariatna.moreno, una muchacha cubana que decidió compartir con sus seguidores un instante íntimo y lleno de sentimiento: la llegada de un paquete enviado por su madre desde Cuba por su cumpleaños. Pero lo que aparentaba ser un simple “unboxing” terminó convirtiéndose en un espejo del dolor y la nostalgia que tantos cubanos cargan a diario.
En el video se ve a la joven sosteniendo un vestido y un par de zapatillas blancas, detalles que su madre le hizo llegar desde la isla. Apenas los toca, apenas los huele, ella se rompe. No hay música dramática, no hay actuación: solo lágrimas, recuerdos y un “qué dolor tan grande” que se le escapa entre sollozos. Es el tipo de emoción que traspasa la pantalla porque todos sabemos lo que significa extrañar a alguien que no puedes abrazar.
“Me estuvo llegando regalo de mi madre desde Cuba por mi cumpleaños. Qué dolor tan grande, como te extraño, mi vieja hermosa”, escribió junto al clip. Y en cuestión de horas, el video se volvió viral porque, más allá de la historia personal, toca una fibra muy común: la separación familiar que define la vida de tantos cubanos emigrados.
Lo que para muchos en el mundo es un simple paquete, para un cubano es casi un pedazo de hogar viajando miles de kilómetros. Y más hoy, cuando mandar algo desde Cuba implica gastos enormes, trámites, demoras y un esfuerzo que solo quien lo ha vivido entiende de verdad. Por eso estos gestos —un vestido, un par de zapatillas, un olor familiar— se sienten como regalos cargados de amor, sacrificio y memoria.
La publicación desató una avalancha de comentarios de cubanos que se reconocieron en la escena. Historias parecidas, dolores compartidos. “Eso ya no se ve, que la familia en Cuba mande algo a uno. Eres afortunada”, escribió una usuaria. Otra confesó: “Yo mando a pedir ropa de mi hijo sin lavar para olerlo”. Y no faltó quien contó: “Mi mamá me mandó un suéter de ella y lo primero que hice fue olerlo. Es el que más me pongo”.
Y es que, al final, todos sabemos que el olor de la ropa de alguien querido es casi una máquina del tiempo: te lleva de vuelta a un abrazo, a un recuerdo, a una casa que quizás ya no está. Por eso el video de Ariatna tocó tan fuerte: porque nos recordó que, en medio de visas, distancias, aeropuertos y sacrificios, el amor de madre siempre encuentra la forma de llegar.







