Si algo queda claro en Estados Unidos es que cuando ICE te pierde la pista… es cuestión de tiempo para que te encuentren. Y eso fue exactamente lo que pasó con Magdiel López Rodríguez, un cubano de 39 años que llevaba años esquivando una orden final de deportación, falsificando direcciones y jugando al gato y el ratón con las autoridades. Pero esta semana, el juego se le acabó en el condado de Butler, Ohio.
Todo comenzó cuando agentes federales confirmaron que Magdiel, registrado como delincuente sexual en EE.UU., llevaba años violando una orden de deportación emitida desde 2021. Pero eso no era todo: también había estado proporcionando direcciones falsas, tanto a la oficina encargada del registro de delincuentes sexuales como a la Autoridad de Libertad Condicional. En pocas palabras, el hombre vivía en un limbo… pero no precisamente legal.
De acuerdo con la Oficina del Sheriff del condado de Butler —información divulgada originalmente por WLWT 5—, la investigación reveló que el cubano no residía en el domicilio que él mismo había declarado. Esto constituye una violación directa de los requisitos impuestos tras su condena por agresión sexual, y basta una sola infracción para encender todas las alarmas.
Y aquí viene la parte más sorprendente: fue el propio Magdiel quien se presentó voluntariamente en la oficina del sheriff para “aclarar” las inconsistencias en su dirección registrada. Pero ni bien cruzó la puerta, quedó detenido. Literalmente caminó directo hacia su arresto, porque en cuanto las autoridades comprobaron su identidad, apareció la orden activa de ICE pendiente desde octubre de 2021.
Es decir, llegó preguntando… y se quedó esposado.
Además de su detención por violar la orden federal de deportación, Magdiel podría enfrentar cargos locales adicionales por incumplir los requisitos de registro como delincuente sexual. Nada indica que su situación vaya a mejorar en los próximos días.
Como si fuera poco, los registros públicos del condado de Butler confirman que el cubano fue arrestado el 5 de diciembre de 2025, exactamente a las 3:43 p.m. Los documentos detallan que mide 1.60 metros, pesa 135 libras y nació el 13 de febrero de 1986. También aparece la anotación “hold for ICE”, lo que significa que no saldrá de la cárcel local hasta que Inmigración decida qué hacer con él.
Por ahora, ICE no ha ofrecido detalles sobre cuándo podría ser transferido a un centro de detención migratoria, ni si retomarán formalmente su proceso de deportación, suspendido desde 2021. Lo que sí parece claro es que este caso se suma a una creciente lista de detenciones de extranjeros con historial delictivo que incumplen requisitos legales dentro de Estados Unidos.
Este tipo de situaciones preocupa especialmente a comunidades migrantes —incluida la cubana— porque reaviva el debate sobre el control migratorio, la seguridad pública y el impacto que generan quienes deciden ignorar las reglas del sistema. Y aunque cada caso es diferente, historias como la de Magdiel López Rodríguez terminan poniendo a mucha gente en alerta… y a ICE con los radares encendidos.







