Exespía Gerardo Hernández tacha de «idiotas» a los cubanos que acudieron a los hoteles en busca de los 1100 dólares anunciados por Ignacio Giménez

Redacción

El ex espía y actual dirigente oficialista Gerardo Hernández no perdió la oportunidad de hacer un comentario ácido sobre la estampida de cubanos que el 6 de diciembre corrieron a hoteles de varias provincias tras la promesa de Ignacio Jiménez, quien aseguraba que entregarían 1.100 dólares en efectivo a cada persona registrada.

Hernández compartió en Facebook una imagen con una frase atribuida al estratega chino Sun Zi: “No subestimes el llamado de ningún idiota, porque siempre habrán algunos más idiotas que él”. La acompañó de un comentario propio: “Para que el mundo sea mundo, tiene que haber gente para todo”, junto a etiquetas vinculadas al oficialismo.

El mensaje fue recibido como un dardo directo hacia quienes hicieron colas en hoteles de La Habana, Santiago de Cuba, Camagüey, Holguín y otras provincias, cargando libretas, mochilas y ropa sencilla, muchos acompañados por familiares, esperando la llegada de los supuestos dólares. Las imágenes en redes mostraban la desesperación y la fe —aunque engañosa— en un alivio económico que nunca existió.

La publicación de Hernández evidencia la distancia brutal entre la dirigencia y la realidad del pueblo. Mientras miles luchan por comida, transporte, medicinas o combustible, la simple ilusión de recibir dólares llevó a muchos a otra fila más, empujados por la desesperanza que el propio régimen ha creado.

Curiosamente, Hernández no apuntó contra quien inventó la mentira. Su burla fue hacia quienes la creyeron, retratándolos como ingenuos, incapaces de ver la trampa. En sus palabras: “siempre habrá alguien más idiota” que quien hace el llamado, dejando claro que, según él, el pueblo empobrecido es responsable de caer en engaños porque hay quienes son “peores” que el mentiroso original.

La reacción generó divisiones en redes. Algunos seguidores oficialistas celebraron la burla; otros criticaron el desprecio hacia personas empobrecidas que viven una crisis diaria provocada por el propio sistema.

El revuelo fue tal que el Ministerio del Turismo tuvo que salir a aclarar públicamente que no existía ninguna entrega de dinero. Pero más allá de ese comunicado, la publicación de Hernández dejó al descubierto una realidad más profunda: los líderes del régimen no solo ignoran la miseria, sino que se permiten reírse de quienes sufren.

Para muchos cubanos, la estafa de Ignacio Jiménez será una advertencia sobre cómo circulan las mentiras en redes sociales. Pero también evidencia algo más: quienes detentan el poder responden con sarcasmo y desprecio a un pueblo que lucha cada día por sobrevivir.

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