Régimen confirma que la Termoeléctrica Guiteras ya no tendrá su «mantenimiento capital» y deben aplazarlo por «un problema coyuntural»

Redacción

La Central Termoeléctrica Antonio Guiteras, la columna vertebral del sistema eléctrico cubano, ha vuelto a postergar su mantenimiento capital. Esta unidad, la más potente del país, no puede detenerse sin poner en riesgo al resto de la red eléctrica, y el régimen ha decidido arriesgarlo todo para mantenerla en funcionamiento.

El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, justificó el aplazamiento como un “problema coyuntural, técnico y de riesgo”. El mantenimiento estaba programado desde hace meses para la segunda quincena de diciembre y debía durar cerca de 120 días, pero en la situación actual sería un suicidio energético. Ahora planean una “parada corta” a inicios de 2026, coordinando con la CTE Felton, otra planta que también cojea peligrosamente.

La decisión deja al descubierto la fragilidad absoluta del sistema eléctrico cubano. El propio ministro reconoció que “no va a ser un año en que lleguemos a cero apagones”, un eufemismo que traduce la realidad: más del 60% del país continúa a oscuras, con déficits superiores a 2.000 MW. Mientras tanto, hay más de 1.000 MW listos para operar con diésel o fueloil, pero el país no tiene ni un litro de combustible disponible.

La Guiteras lleva más de una década sin recibir un mantenimiento profundo, y el desgaste acumulado ha convertido a sus bloques en bombas de tiempo. Los apagones prolongados afectan hospitales, escuelas, comercios y hogares, dejando a millones de cubanos atrapados entre la incertidumbre y el descontento. En algunas regiones, la electricidad ha faltado más de 20 horas continuas, un récord que demuestra la precariedad del sistema.

El malestar popular no se ha hecho esperar. En redes sociales, los cubanos critican la incapacidad del gobierno y la desconexión entre sus anuncios y la realidad en las calles. “Lo que tienen que hacer es buscar soluciones, no dar partes como si todo fuera normal”, escribió Luis BM, un residente de Las Tunas, reflejando la frustración de toda una nación.

Mientras el régimen promete mejoras para 2026, el pueblo sabe que estas solo serán parches temporales. La crisis energética exige soluciones reales, inversión genuina y renovación completa de la infraestructura, algo que el gobierno parece incapaz de garantizar. Por ahora, los cubanos siguen sobreviviendo a oscuras, con la paciencia al límite y la esperanza de que algún día la luz vuelva a ser un derecho, no un lujo.

Habilitar notificaciones OK Más adelante