Régimen movilizó patrullas y militares a las calles de La Habana en medio de protestas masivas por apagones de más de 12 horas continuas

Redacción

La noche del 8 al 9 de diciembre quedó marcada por la furia silenciosa de los cubanos, que salieron a las calles de La Habana y otras provincias para reclamar lo más básico: luz, comida y dignidad. Desde Marianao hasta Regla, pasando por Alamar, Santos Suárez, San Miguel del Padrón, La Lisa y hasta la Universidad de Camagüey, vecinos golpeaban ollas, encendían fogatas y levantaban la voz frente a apagones que ya no se soportan.

Las imágenes que circulan en redes son elocuentes: decenas de patrullas cerrando calles, la población rodeada por uniformados, y vecinos que no se dejan intimidar. El rapero contestatario El Funky compartió un video desde Marianao donde se ve a la comunidad bloqueando la vía con cacerolas y escombros, celebrando entre gritos y aplausos cuando finalmente vuelve la electricidad. “La gente de Marianao sabe qué hacer cuando les tumban la corriente”, escribió junto al material.

El periodista independiente José Raúl Gallego, desde México, confirmó en su cuenta de Facebook que “la noche se está calentando. Hay cacerolazos y otras formas de protesta en varios puntos del país”, dejando claro que la resistencia ciudadana no se limita a la capital.

Este estallido no es casual. La crisis energética, económica y social en Cuba alcanza niveles históricos. Según el Observatorio Cubano de Conflictos, solo en noviembre se registraron 1.326 protestas en toda la isla, con reclamos que van desde el restablecimiento del servicio eléctrico hasta la exigencia de libertades fundamentales. La escasez de combustible, los apagones interminables y la inflación desbocada han convertido la vida diaria en un verdadero calvario para millones de cubanos.

A pesar del silencio de los medios oficiales, los videos y testimonios ciudadanos muestran que la tensión y la indignación crecen cada día. Las protestas nocturnas, con cacerolas y fogatas, se han vuelto una válvula de escape frente a la represión y la censura, y aunque aún no hay reportes oficiales de detenciones, activistas alertan que la policía política movilizó fuerzas en barrios conflictivos para amedrentar a los manifestantes.

En medio de la oscuridad, los cubanos dejan claro que la paciencia tiene límites, y que mientras la electricidad sea un lujo, la protesta seguirá iluminando las calles del país.

Habilitar notificaciones OK Más adelante