El costo de la vida en Cuba rebasa los 50 mil pesos mensuales, pero el régimen insiste en que “todo va bien”

Redacción

Salarios y pensiones en Cuba se multiplicarán por cinco una vez comenzada la unificación monetaria

El economista cubano Javier Pérez Capdevila volvió a poner el dedo en la llaga con un cálculo que revela lo que millones de cubanos sienten cada día en el bolsillo: vivir en Cuba cuesta más de 50 mil pesos mensuales, una cifra que deja al descubierto la ficción económica que vende el régimen.

Pérez publicó su estimación en Facebook y dejó claro que no es un informe oficial ni un estudio académico, sino la suma simple de lo que necesita cualquier ser humano para comer, asearse, trasladarse y sobrevivir. Y sí, sobrevivir, porque hablar de “calidad de vida” en Cuba es casi un chiste.

Según su cálculo, solo la alimentación básica se traga más de 37 mil pesos. Arroz, frijoles, pollo, aceite, viandas, huevos y queso: lo mínimo indispensable para no pasar hambre. A eso se le suman los medicamentos, que rondan los dos mil pesos y aun así muchas veces ni aparecen en farmacias. Después vienen los productos de aseo, que casi llegan a siete mil. Entre servicios y transporte, la cuenta final escala hasta 50.157 pesos al mes.

Lo más preocupante es lo que este cálculo deja fuera: ropa, útiles escolares, recreación, gastos imprevistos, o el simple lujo de tomarse un refresco. Vivir en Cuba es una carrera de obstáculos diarios que ni el Estado ni sus funcionarios reconocen.

Mientras tanto, el Gobierno celebra con bombos y platillos que el salario promedio llegó a 6,649 pesos en el primer semestre de 2025. Un número que en el papel se ve bonito, pero en la vida real es una burla. Con ese sueldo no se cubre ni una quinta parte de lo que cuesta alimentarse un mes en este país.

El análisis de Pérez coincide con los datos del Food Monitor Program, que en agosto calculó que una canasta alimentaria para dos adultos cuesta más de 41 mil pesos en La Habana y casi 40 mil en Cienfuegos. Esa cifra equivale a más de seis salarios promedio. Seis. Y eso sin hablar del interior del país, donde los precios son igual o más altos y los ingresos son menores.

La reflexión del economista es simple y brutal: el salario mínimo “digno” en Cuba debería estar entre 40 y 45 mil pesos, porque todo lo que esté por debajo condena a la gente a la miseria. Y ahí está el punto. No es un debate técnico, como insiste el régimen. Es un debate moral.

Mientras los funcionarios viven desconectados de la realidad, el cubano común está obligado a resolver milagros cada mes para poder comer. El país se ha convertido en un lugar donde el trabajo no sostiene la vida, sino al revés: es la vida la que sostiene, a duras penas, un sistema económico que hace tiempo dejó de funcionar.

El costo real de la vida en Cuba no se mide en pesos. Se mide en sacrificios, renuncias y agotamiento. Y en un pueblo que, una vez más, está pagando las consecuencias de un modelo que insiste en llamarse “socialista” mientras empuja a la mayoría hacia la pobreza extrema.

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