Raúl Guillermo ‘El Cangrejo’ Rodríguez queda al descubierto: Durante los 2 últimos años realizó más de 25 «vuelos privados» a Panamá

Redacción

Raúl Guillermo Rodríguez Castro, “El Cangrejo”, vuelve a quedar al desnudo. El nieto de Raúl Castro, pieza clave de la escolta personal del clan, realizó al menos veinticinco vuelos privados a Panamá entre 2024 y 2025 usando un jet conectado directamente a la cúpula militar cubana. Mientras el pueblo sobrevive entre apagones y salarios que no alcanzan ni para el desayuno, el heredero del poder se mueve como un magnate por la región.

Los documentos, obtenidos por Martí Noticias junto a La Prensa de Panamá y la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, muestran que la aeronave utilizada —un Dassault Falcon 900 EX— cambió su matrícula venezolana por una de San Marino. Un truco clásico del poder para perderse entre jurisdicciones y borrar huellas incómodas. Todo para que nadie pueda seguirle la pista al “niño mimado” del castrismo.

Rodríguez Castro es hijo del fallecido general Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, el zar absoluto de GAESA, y de Débora Castro Espín, primogénita de Raúl. En otras palabras, sangre azul dentro de un país donde la mayoría vive con la nevera vacía. En actos oficiales aparece siempre pegado a su abuelo, protegido como si cargara el secreto del reino.

Los periodistas también accedieron a la foto del pasaporte diplomático que usa el “Cangrejo”, un documento que le abre puertas, le da inmunidad y lo convierte en un fantasma internacional. Mientras a cualquier cubano lo revisan hasta el alma, este muchacho cruza fronteras sin que le miren ni el equipaje.

Luis Domínguez, investigador de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, lo explica claro: viajar con pasaporte diplomático le permite moverse con protección y evita que sus movimientos queden registrados. Esa es la clave del juego: privilegios legales, discreción total y un blindaje que ningún ciudadano común podría siquiera imaginar.

Los manifiestos de vuelo destapan que en sus viajes lo acompañan peces gordos de GAESA. Entre ellos aparece Ania Guillermina Lastres Moreras, presidenta del conglomerado militar; su esposo, Ismael Rodríguez Díaz; y parte del equipo militar que rodea al joven heredero. Incluso su hermana, Vilmita Rodríguez Castro, figura en algunos trayectos. Un verdadero viaje familiar… pero con dinero y recursos del Estado que supuestamente “no tiene” para hospitales, salarios ni apagones.

Domínguez asegura que la impunidad se les está acabando. “Eso ya no va a pasar”, dijo, dejando claro que la red de vuelos, identidades manipuladas y privilegios diplomáticos está cada vez más expuesta.

Los itinerarios revelan un patrón constante: La Habana–Panamá, con desvíos a Caracas y otros puntos de la región. Según las investigaciones, estos viajes estarían ligados a negocios, compras e inversiones. No precisamente para mejorar la vida del cubano de a pie, sino para seguir engordando la maquinaria económica que controla el país como si fuera una finca privada.

Mientras el cubano común viaja en P-12 reventado o sueña con un pasaje a Guyana para escapar, los hijos del poder vuelan en jets de lujo. Ese es el verdadero rostro del régimen: sacrificio para el pueblo, privilegio infinito para la élite.

Habilitar notificaciones OK Más adelante