Encuentran sin vida a joven cubana de 21 años que estaba reportada como desaparecida en Illinois

Redacción

El asesinato de Claudia Mojarrieta Matos, una joven cubana de solo 21 años, ha sacudido a la comunidad cubana dentro y fuera de Estados Unidos. La muchacha, reportada como desaparecida el sábado en Illinois, fue encontrada sin vida, y el principal sospechoso, un hombre de 22 años identificado como Santino Ortiz, está bajo arresto acusado de matarla brutalmente.

La historia comenzó la madrugada del 6 de diciembre, cuando un amigo que la había dejado cerca de West Lorraine Avenue llamó al 911 tras escuchar por teléfono el llanto y el forcejeo de Claudia antes de que la llamada se cortara de golpe. Regresó desesperado al lugar, pero ya no pudo encontrarla.

Horas después, la policía tenía un nombre: Santino Ortiz, residente a solo una cuadra del sitio donde Claudia fue dejada esa madrugada. Cuando lo interrogaron, quedó detenido en menos de 12 horas.

Las autoridades aseguran que Ortiz había solicitado servicios sexuales y citó a Claudia. Según la fiscalía, la llevó a su garaje, la golpeó contra el suelo y la apuñaló varias veces. Luego envolvió su cabeza en una bolsa, escondió el cuerpo en un contenedor y más tarde lo lanzó en un área boscosa a unos metros de la carretera. El cadáver fue hallado el domingo por la tarde. La autopsia confirmó que la joven recibió alrededor de siete puñaladas en la cara y la cabeza.

El caso avanzó rápido en los tribunales. Ortiz enfrenta seis cargos de asesinato en primer grado y otros delitos graves. El juez ordenó mantenerlo preso sin derecho a fianza, y su próxima audiencia será el 5 de enero de 2026.

La noticia provocó consternación entre quienes conocían a Claudia. Amigas cercanas la describieron como una muchacha noble, humilde, siempre dispuesta a ayudar a los demás incluso cuando ella misma no tenía nada. Personas que la acogieron en Florida aseguraron que jamás imaginaron un final tan atroz para alguien con un corazón tan grande.

El propio fiscal del condado de DuPage condenó la brutalidad del crimen y aseguró que no tolerarán hechos de este tipo. La indignación también se extendió en redes sociales, donde muchos cubanos expresaron dolor e impotencia ante un caso que ha roto a una familia entera.

Amigos y allegados organizaron una recaudación de fondos que logró reunir el dinero necesario para repatriar el cuerpo a Cuba, donde su madre y el resto de la familia podrán darle el último adiós.

La muerte de Claudia es una tragedia que duele demasiado. Una vida joven apagada de la forma más violenta y absurda. Un recordatorio de la vulnerabilidad que enfrentan tantas mujeres migrantes, cubanas y latinoamericanas, en un entorno donde los monstruos siguen caminando libres hasta que hacen daño. Hoy, al menos, uno de ellos está detenido. Pero nada le devolverá a su familia lo que les arrebataron.

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