En medio de apagones, escasez de alimentos y medicinas, el Ministerio de Turismo decidió salir a la palestra para justificar la millonaria inversión en hoteles, como si eso pudiera tapar la miseria que viven millones de cubanos. Según el MINTUR, el desarrollo del turismo es una “vía legítima para sostener la economía nacional” frente a los bloqueos y la “campaña de descrédito” que sufre el país.
“Reducir a La Habana solo a apagones o problemas es desconocer la esencia del pueblo que la habita”, asegura el comunicado oficial. Según la institución, los cubanos siguen siendo un pueblo resistente, lleno de historia y cultura viva, capaz de levantarse una y otra vez pese a las dificultades.
El texto continúa con un discurso que suena más a propaganda que a realidad: “Las críticas desde la frustración inmediata no construyen nada… defender lo que es de Cuba —sea un hotel, un proyecto o un espacio de desarrollo— no es aplaudir lujos, sino afirmar nuestro derecho como nación a crecer”. El MINTUR insiste en que las raíces cubanas se sostienen con orgullo y memoria, y no con crisis ni sarcasmos.
Pero la respuesta popular no se hizo esperar. En redes sociales, muchos no pudieron ocultar su indignación ante la desconexión del gobierno con la realidad: “¿Cuando termine el mes puedo hospedarme un fin de semana con el salario del mes?”, preguntaba un usuario. Otro resumió el sentir general: “A nosotros, el pueblo, el turismo lo que nos da es pérdidas y más escasez”.
Mientras el MINTUR se jacta de hoteles y proyectos turísticos, el cubano común sigue enfrentando apagones, escasez y salarios que no alcanzan ni para lo más básico. La diferencia entre la propaganda oficial y la realidad del país no podría ser más clara: el lujo para unos pocos y la miseria para la mayoría.










