¡Ultima Hora! Régimen expulsa a sacerdote mexicano que hizo repicar las campanas de su iglesia durante protesta por apagones en La Habana

Redacción

El régimen cubano acaba de demostrar, una vez más, que no tolera ni una campanada en contra de su narrativa. Este jueves, comunicó a la Iglesia Católica que no renovará la residencia temporal del sacerdote mexicano José Ramírez, miembro de la Congregación de la Misión, como castigo por haber hecho sonar las campanas del templo La Milagrosa, en Santos Suárez, mientras los vecinos protestaban contra los apagones que ya se han vuelto el pan de cada día en La Habana.

El episodio tomó fuerza después de que un video del activista Adelth Bonne Gamboa se viralizara en Facebook. En las imágenes se escuchan las cazuelas golpeando al ritmo del descontento popular, acompañadas por el repicar de las campanas de la iglesia, un sonido que el régimen no pudo tolerar.

Martí Noticias confirmó que la expulsión de facto del sacerdote no fue voluntaria: agentes de la Seguridad del Estado lo presionaron directamente y ahora deberá abandonar la isla y regresar a México este jueves. La decisión refleja el nivel de paranoia de un gobierno que interpreta cualquier gesto de solidaridad con el pueblo como una amenaza política.

La salida de Ramírez se suma a un historial de tensiones entre el régimen y los líderes de la Iglesia que se atreven a levantar la voz. Sacerdotes como Lester Zayas, Alberto Reyes, Kenny Fernández Delgado y José Conrado Rodríguez Alegre, junto a religiosas como Sor Nadiezka Almeida, han denunciado públicamente la crisis nacional y la falta de libertades, provocando la irritación del gobierno.

El contexto no es menor. Entre la noche del lunes y la madrugada del martes, cientos de cubanos salieron a las calles de varios barrios de La Habana y otras provincias para protestar por los apagones, la escasez de alimentos y medicinas, y el colapso general de los servicios básicos. Como era de esperarse, la respuesta del régimen fue represión directa y cortes de internet, mientras se asegura de que ni una sola voz crítica quede sin castigo.

El mensaje del gobierno es claro: ni campanas, ni voces solidarias, ni gestos de apoyo a los cubanos en lucha serán tolerados.

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