El 7 de diciembre de 2025, Elianne Reyes Gómez, una joven cubana de 26 años, perdió la vida presuntamente a manos de su pareja en su vivienda en Madruga, provincia Mayabeque. La tragedia deja además a una hija pequeña al cuidado de familiares, y ha sido confirmada por el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT) y la plataforma Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC) tras un riguroso proceso de verificación comunitaria.
Las organizaciones feministas expresaron su consternación: “Lamentamos un nuevo feminicidio en Cuba. Lleguen nuestras condolencias a la pequeña hija que la sobrevive, demás familiares y personas allegadas”, dijeron. Este caso vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de visibilizar y denunciar la violencia de género en la isla.
En muchos casos, los primeros indicios provienen de denuncias ciudadanas, activistas o medios independientes. Posteriormente, OGAT y YSTCC verifican la información para suplir la falta de estadísticas oficiales confiables, un problema que dificulta la prevención y la justicia en estos casos.
Con el asesinato de Elianne, las organizaciones elevan oficialmente a 44 los feminicidios en Cuba en 2025, además de registrar un asesinato de un hombre por motivos de género, 16 intentos de feminicidio y tres casos en investigación. También se investigan nuevas alertas en provincias como Santiago de Cuba, Guantánamo, Camagüey, Artemisa, Villa Clara y Granma.
El caso de Elianne refleja un patrón alarmante detectado en el Informe OGAT–YSTCC 2024: el 76,8% de los feminicidios afectan a mujeres entre 15 y 45 años, el 55,4% ocurre dentro del hogar y 17 de las víctimas tenían entre 15 y 30 años. Elianne cumplía cada uno de estos criterios: joven, asesinada por su pareja y dentro de su propia casa, un espacio íntimo convertido en escenario de violencia letal.
Su muerte tampoco es un hecho aislado. En apenas ocho días, tres mujeres murieron a manos de sus parejas en distintas provincias: Rosa Idania Ferrer Pérez (46 años, Cienfuegos), Heidi García Orosco (17 años, Matanzas) y Elianne Reyes Gómez (26 años, Mayabeque). Tres vidas truncadas, tres familias devastadas y un denominador común: violencia doméstica y ausencia de protocolos estatales de prevención.
Antes de la confirmación oficial, el reportero Niover Licea informó sobre el crimen en redes sociales, inicialmente usando un nombre equivocado. Testimonios vecinales indicaron que el agresor, identificado como Yunior, habría salido recientemente de prisión. Uno de los detalles más estremecedores: la madre de Elianne estaba en la misma casa y no escuchó nada por tener la música puesta.
Cuba sigue sin ley integral de violencia de género, refugios, protocolos de prevención ni datos confiables, lo que perpetúa la impunidad y el riesgo para las mujeres. Por ello, OGAT y YSTCC insisten: visibilizar y denunciar estos crímenes no es un delito, sino un acto vital para defender la vida y la dignidad de mujeres y niñas.
“Denunciar estos crímenes es también una forma de justicia. En un país sin protección suficiente, cada denuncia cuenta”, concluyen las plataformas feministas.







