Cuando el apagón aprieta: la historia más viral de una ducha a oscuras

Redacción

En Cuba, los apagones no solo quitan la luz: también regalan anécdotas que parecen sacadas de una comedia. Y si no, que se lo digan a la periodista cubana Yuliet Pérez Calaña, conocida en redes como Yuliet PC o, como muchos la llaman con cariño, “La Yuli de Cuba”, quien decidió contar una historia que ha provocado carcajadas y comentarios por montones.

Todo ocurrió en medio de uno de esos apagones que llegan sin avisar y se quedan como si pagaran alquiler. Este viernes, alrededor de las 8:00 de la noche, Yuliet había puesto agua a calentar para bañarse. Pero el corte eléctrico le jugó una mala pasada: se quedó sin corriente, sin celular cargado y con la casa totalmente a oscuras, “como boca de lobo”, según contó ella misma.

Sin muchas opciones y con el calor encima, decidió no rendirse. Le pidió a su pareja, Rolo, que le echara el agua caliente en una cubeta y, linterna mental encendida, se lanzó a bañarse en plena oscuridad. Nada fuera de lo común para cualquier cubano curtido en apagones eternos.

Después del baño, Yuliet salió feliz de la vida, “limpiecita y olorosa”, aunque notó algo raro en la piel. Una sensación extraña, diferente. Pero lejos de alarmarse, lo achacó a un gel de lavanda nuevo que estaba probando. Misterio resuelto… o eso pensó.

La periodista, que reside en la Isla de la Juventud, se sentó luego en el portal a esperar que regresara la electricidad, como manda la tradición nacional. Cuando por fin volvió la luz, entró a la cocina para recoger y ahí fue donde llegó el verdadero plot twist de la historia: el agua que había puesto a calentar seguía intacta, como si nadie la hubiera tocado.

Con el susto metido en el cuerpo, llamó a Rolo y le preguntó directamente qué agua fue la que le llevó para bañarse. Él, sin darle mucha vuelta al asunto, respondió que había usado “la olla que estaba al lado”.

En ese momento apareció la mamá de Yuliet con la revelación final: esa olla no era de agua limpia, sino la que ella había usado para hervir los plátanos del fufú del almuerzo. Sí, Yuliet acababa de bañarse, sin saberlo, con agua de plátano hervido.

Lejos de molestarse, la periodista cerró la historia con humor puro. Bromeó diciendo que si bañarse con quimbombó hace que todo te resbale, entonces el agua de plátano “seguro tranca”, y remató diciendo que así empezaba el 2026, bien “cerrada”.

La anécdota, aunque divertida, tiene un trasfondo muy cubano: los apagones interminables. Ese mismo viernes, el Sistema Eléctrico Nacional registró una afectación máxima de 1.917 MW, y para el sábado el panorama no era mejor, con un déficit previsto de hasta 1.915 MW en horario pico.

Durante toda la jornada anterior, el servicio eléctrico estuvo afectado de manera continua, alcanzando su punto más crítico cerca de las 6:30 de la tarde. Ni siquiera la entrada de nuevos parques solares logró aliviar la situación, pues aunque aportaron energía, no fue suficiente para compensar las averías, mantenimientos y la falta de combustible.

A las seis de la mañana del sábado, la disponibilidad eléctrica seguía muy por debajo de la demanda, con casi 800 MW de afectación inmediata. Las causas: roturas en varias termoeléctricas clave del país y mantenimientos programados que mantienen al sistema contra las cuerdas.

Mientras tanto, los cubanos siguen resolviendo como pueden… incluso bañándose con agua de fufú sin saberlo.

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