Embarazadas en la sala de partos de Santiago de Cuba viven una película de terror entre cucarachas y chinches

Redacción

Lo que debería ser uno de los momentos más importantes y emotivos en la vida de una mujer se está convirtiendo, en Santiago de Cuba, en una experiencia digna de una película de terror. Una nueva denuncia sobre las condiciones de la atención médica en la provincia ha desatado indignación tanto dentro como fuera de la Isla.

Esta vez, las alarmas se encendieron tras la difusión de imágenes y testimonios compartidos por el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada. El material revela una infestación alarmante de cucarachas en el baño de la sala de partos del Hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas, uno de los centros hospitalarios más importantes del oriente cubano.

Las fotografías y el video muestran una escena difícil de creer: paredes, puertas, rincones y hasta los alrededores del inodoro completamente tomados por insectos. Todo esto en un espacio que, por razones obvias, debería cumplir con los más estrictos estándares de higiene, al tratarse de un área donde permanecen mujeres que acaban de dar a luz y recién nacidos con sistemas inmunológicos aún frágiles.

Según explicó Mayeta en su publicación en Facebook, no se trata simplemente de un problema de limpieza ocasional. La situación constituye un riesgo sanitario serio que puede tener consecuencias graves para la salud de las madres y de sus bebés.

La combinación de cucarachas por doquier, suciedad acumulada durante días, humedad visible en las instalaciones y un abandono evidente del lugar crea el escenario perfecto para infecciones. Y todo esto ocurre justo cuando las mujeres están en uno de los momentos de mayor vulnerabilidad física y emocional.

El video que acompaña la denuncia fue grabado por el esposo de una de las pacientes ingresadas. En las imágenes, el hombre recorre el baño con su teléfono celular mientras las cucarachas se mueven libremente por el suelo y las paredes. La taza sanitaria, sucia y deteriorada, termina de completar una escena que provoca indignación.

“¿Ustedes creen que aquí puede estar una mujer parida, que acaba de parir? Miren la cantidad de cucarachas… y es donde quiera, en la sala también. Yo tengo a mi mujer ingresada aquí y me la llevo mañana porque esto no se aguanta”, dice el hombre visiblemente molesto.

Mayeta fue claro en su denuncia: parir no puede convertirse en un acto de supervivencia ni en una ruleta rusa contra infecciones y enfermedades. En su publicación cuestionó directamente la falta de respuestas por parte de la dirección del hospital y de las autoridades de Salud Pública, y exigió fumigación inmediata, limpieza profunda y responsabilidades administrativas.

“Las imágenes hablan por sí solas. ¿Quién responde por esto?”, sentenció.

Lamentablemente, este no es un caso aislado. El Hospital Juan Bruno Zayas arrastra un largo historial de denuncias por insalubridad y deterioro. En noviembre pasado, familiares de pacientes denunciaron las pésimas condiciones de la Sala 5D, destinada a enfermos crónicos, donde se documentaron baños rotos, sucios durante días, tuberías dañadas con olores insoportables, pasillos llenos de agua y basura acumulada.

Uno de los familiares resumió la experiencia con una frase demoledora: “Entrar a un baño es un reto… y no debería ser así para un enfermo”.

Antes, en mayo de 2023, una joven embarazada identificada como Yendis Martínez Aroche, de 26 años, denunció públicamente el trato recibido y las condiciones en las que tuvo que dar a luz en ese mismo hospital. Según contó, pasó horas sin ser atendida ni alimentada y, cuando finalmente llegó a la sala, se encontró con un lugar que describió como “más un basurero que un hospital”.

“Las cucarachas te quieren llevar, los baños dan pena… y para qué seguir, si al final te quejes donde te quejes, esto va a seguir y peor”, escribió entonces.

La nueva denuncia desde la sala de partos confirma que el problema no solo persiste, sino que se agrava, afectando incluso áreas tan sensibles como la atención materna. Mientras no haya respuestas oficiales ni acciones concretas, las denuncias seguirán acumulándose y exponiendo una realidad que golpea de frente a mujeres y recién nacidos en uno de los momentos más delicados de sus vidas.

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