Cubano robó la ayuda del Gobierno de EEUU para los damnificados del huracán Ian y ahora enfrenta hasta 165 años de cárcel

Redacción

Lo que comenzó como una tragedia natural terminó destapando una historia de oportunismo criminal que hoy tiene a un cubano enfrentando una de las penas más severas posibles en Florida. Un jurado declaró culpable a Iván Gutiérrez Miranda, un ciudadano cubano indocumentado, acusado de robar ayuda destinada a familias que lo perdieron todo tras el devastador huracán Ian.

El juicio se celebró en Fort Myers y se extendió por una semana y media. Al final, el jurado no tuvo dudas. Según la Fiscalía estatal de Florida, Gutiérrez Miranda formaba parte de un esquema bien organizado para apropiarse de remolques y casas rodantes que estaban siendo entregados a damnificados que intentaban reconstruir sus hogares después del paso del huracán en septiembre de 2022.

De acuerdo con la acusación, los remolques no eran usados para ayudar a nadie. Una vez robados, eran revendidos de manera ilegal, aprovechando el caos, la desesperación y la falta de control que suelen acompañar a los estados de emergencia. Mientras muchas familias dormían en refugios o entre escombros, otros hacían negocio con su desgracia.

La emisora pública WGCU informó que Gutiérrez Miranda, de 45 años, fue hallado culpable de violar la ley RICO, conspiración para cometer fraude organizado y varios cargos relacionados con el tráfico de propiedad robada. No se trata de un delito aislado, sino de una operación criminal estructurada.

La sentencia fue fijada para el 26 de enero de 2026, y el cubano enfrenta hasta 165 años de prisión, con un mínimo obligatorio de ocho años. Una vez cumplida la condena, será deportado fuera de Estados Unidos, cerrando un capítulo que ha generado fuertes reacciones tanto legales como políticas.

Las investigaciones revelaron que el grupo operaba principalmente de noche o de madrugada, cuando la vigilancia era menor y el movimiento de remolques era constante debido a la emergencia. De esa forma, podían pasar desapercibidos mientras desviaban recursos que tenían un destino humanitario.

Uno de los elementos más llamativos del juicio fue una prueba clave: un video grabado por el propio Gutiérrez Miranda. En él, el acusado promocionaba las características de los remolques robados como si se tratara de una venta legítima, sin imaginar que esas imágenes terminarían siendo usadas en su contra en la corte.

El arresto ocurrió casi un año después del impacto de Ian, en el condado de Charlotte. En ese momento se difundió su foto policial, y los registros incluyeron cargos graves como hurto mayor y extorsión, lo que reflejó la magnitud del esquema investigado por las autoridades estatales y locales.

El fiscal general de Florida, James Uthmeier, celebró públicamente el veredicto y aprovechó el caso para lanzar críticas políticas. En un mensaje en la red social X, afirmó que el acusado fue “permitido” en el país por la administración Biden y que se aprovechó de una tragedia cuando miles de familias necesitaban desesperadamente una vivienda temporal.

El huracán Ian dejó una huella profunda en Florida. Fue uno de los más destructivos en la historia reciente del estado, con vientos superiores a los 240 kilómetros por hora, inundaciones masivas y apagones prolongados. Decenas de personas murieron y miles quedaron sin hogar.

Zonas como Fort Myers, Sanibel, Cape Coral y Naples quedaron prácticamente devastadas, obligando al despliegue urgente de trailers y viviendas temporales. En medio de ese escenario, casos como este recuerdan que, incluso en las peores tragedias, siempre hay quienes intentan sacar provecho.

Reconstruir después de un desastre es un proceso lento, delicado y lleno de obstáculos. Aprovecharse de ese momento no solo es un crimen, sino una traición a comunidades enteras que luchan por volver a empezar.

Habilitar notificaciones OK Más adelante