Una escena dantesca que ya va siendo habitual en La Habana: Otro féretro cae del carro fúnebre en plena calle y el cadáver termina saliéndose del ataúd

Redacción

La indignación volvió a encender las redes sociales en Cuba tras conocerse un hecho tan absurdo como doloroso, ocurrido a plena luz del día en La Habana. Un féretro con un cadáver cayó de un carro fúnebre en medio de la vía pública, una escena que parece sacada de una película de humor negro, pero que refleja con crudeza el desastre absoluto de los servicios básicos en el país.

Las imágenes y un video difundidos por el usuario Lázaro González muestran el momento exacto en que el ataúd se desliza fuera del vehículo funerario y termina golpeando el pavimento, mientras el carro avanzaba por la avenida Carlos III, justo en el semáforo de Belascoaín. Una zona céntrica, transitada y testigo diario del deterioro habanero.

Según relataron testigos presenciales, lo más indignante no fue solo la caída del féretro, sino que el chofer y su ayudante siguieron avanzando como si nada hubiera pasado. No se detuvieron, no miraron atrás. Fue necesario que transeúntes comenzaran a gritarles desesperados, entre ellos personas que recogían ladrillos tras el reciente derrumbe del ISDI, para que finalmente regresaran y recogieran el cuerpo que había quedado expuesto en plena calle.

El episodio ha sido interpretado por muchos como una metáfora brutal del país. Un Estado que no garantiza comida, medicinas ni electricidad, y que ahora tampoco puede asegurar un entierro digno. En la Cuba del “socialismo próspero”, ni siquiera la muerte se respeta.

Este suceso vuelve a dejar en evidencia la negligencia, el abandono institucional y la deshumanización que alcanzan incluso a servicios tan sensibles como el funerario. No es un accidente aislado, es el resultado de años de dejadez, falta de recursos y cero responsabilidad política.

La pregunta que se repite en redes y en la calle es tan simple como incómoda: ¿hasta cuándo el régimen permitirá que la indignidad sea la norma, incluso después de la muerte, sin rendir cuentas ni ofrecer soluciones reales? En Cuba, al parecer, el abandono no descansa… ni en paz.

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