La Diosa vuelve a dar de qué hablar, pero esta vez no es por un chisme, un enfrentamiento en redes o una respuesta incendiaria. La cantante cubana sorprendió al mostrarse más vulnerable y reflexiva durante una entrevista con el youtuber Adrián Fernández, donde habló sin rodeos sobre uno de los temas más delicados de su vida actual: su carácter explosivo y el esfuerzo consciente que hace para dominarlo desde que vive en Estados Unidos.
Fiel a su estilo directo y sin maquillaje, La Diosa reconoció que su temperamento fuerte, ese mismo que durante años la definió y la hizo conectar con muchos seguidores, hoy puede convertirse en un problema serio en un país donde las leyes no se negocian. Según explicó, ha tenido que frenar impulsos, cambiar hábitos y, sobre todo, aprender a pensar antes de reaccionar.
En uno de los momentos más comentados de la entrevista, la artista fue clara y hasta cruda consigo misma. Dijo que a “la Diosa de Cuba” la ha tenido que controlar porque, de no hacerlo, podría terminar deportada. Contó que ha recurrido a sesiones de reiki para encontrar equilibrio emocional y que llegó a Estados Unidos con un carácter que ella misma calificó como “incorrectamente incorrecto” para un país tan estructurado legalmente. Reconoció que conductas que antes veía normales, como reaccionar con agresividad o explotar verbalmente, aquí simplemente no tienen cabida.
La cantante dejó claro que no se trata de perder su esencia, sino de adaptarse. Estados Unidos, explicó, es un país donde cada acción tiene consecuencias legales, y entender eso ha sido un proceso de aprendizaje duro, pero necesario. Para ella, el control emocional ya no es una opción, sino una obligación.
Pero si hay algo que realmente la mantiene firme en ese camino es su familia. La Diosa habló con mucha emoción sobre sus hijos y dejó claro que ellos son el centro de todas sus decisiones. Confesó que, cuando siente que va a perder el control, piensa en quiénes pagarían las consecuencias de un error suyo. Y la respuesta siempre es la misma: sus hijos.
Con palabras cargadas de sentimiento, afirmó que es madre antes que cantante, antes que mujer y antes que cualquier imagen pública. Dijo que ella puede aguantar críticas, presiones y sacrificios, pero que sus hijos tienen que estar bien, tranquilos y protegidos. Esa responsabilidad, asegura, es lo que la obliga a respirar hondo, callar cuando toca y elegir la paz por encima del conflicto.
Estas declaraciones muestran una versión distinta de La Diosa, más madura y consciente, lejos de la figura polémica que durante años protagonizó titulares por sus enfrentamientos. Aunque no reniega de su carácter fuerte ni de su personalidad frontal, deja claro que hoy su prioridad es el equilibrio emocional y la estabilidad familiar.
La Diosa sigue siendo La Diosa, pero ahora con freno de mano, reiki, y una meta clara: no poner en riesgo el futuro que está construyendo para ella y, sobre todo, para sus hijos.
