Remedios amaneció este martes literalmente bajo el agua. Las lluvias intensas de la noche provocaron el desbordamiento del río Bartolomé y anegaron por completo la vía Remedios–Zulueta, dejando comunidades aisladas y a los vecinos enfrentando otra jornada de incertidumbre.
El Gobierno municipal informó que autoridades y equipos de rescate, incluida la Cruz Roja, se desplegaron en las zonas afectadas para evaluar daños. La escena es conocida: presencia oficial, comunicados rápidos y soluciones lentas.
Una de las áreas más golpeadas es la comunidad de Cordón Corcho, donde el agua se acumuló con fuerza y el riesgo de deslizamientos mantiene en vilo a varias familias. Las imágenes que circulan muestran calles convertidas en ríos, casas rodeadas por el agua y caminos imposibles de transitar. Postales que se repiten cada temporada de lluvias.
Hasta media mañana, los registros de precipitaciones en el municipio daban una idea clara de la magnitud del problema. En Remedios se acumularon alrededor de 90 milímetros, mientras que en Buenavista y Heriberto Duquesne las cifras rondaron entre 70 y 76 milímetros. Zulueta superó los 50 milímetros, y otras localidades cercanas también reportaron lluvias significativas. Demasiada agua para una infraestructura que no aguanta.
Como consecuencia directa, al menos dos personas tuvieron que ser evacuadas y la zona de Guanabanabo quedó incomunicada. Aislada. Otra palabra que se ha vuelto habitual cuando llueve fuerte en Cuba.
Las autoridades aseguran mantenerse en “constante intercambio” con la población y en coordinación con instancias provinciales para garantizar recursos y apoyos. También dicen que están activadas todas las estructuras de respuesta y que la prioridad es proteger la vida humana. El problema es que la prevención siempre llega después del desastre.
Se exhortó a la población a informarse por las vías oficiales y a cumplir las orientaciones de la Defensa Civil. Sin embargo, para muchos vecinos el cansancio pesa más que la fe en los avisos. Cada aguacero fuerte vuelve a desnudar la misma realidad: falta de drenajes, ríos sin mantenimiento y comunidades olvidadas hasta que el agua entra por la puerta.







