Régimen insiste en su muela: «Cada día de la Revolución es una victoria»… pero el pueblo responde a su descaro desde las redes sociales

Redacción

El editorial de Granma titulado “Cada día de la Revolución es una victoria” cayó como una chispa en un polvorín. Bastaron unas horas para que las redes sociales se llenaran de comentarios cargados de cansancio, ironía y molestia, en respuesta a un discurso oficial que muchos sienten completamente desconectado de la Cuba real.

El texto retomaba una frase de Miguel Díaz-Canel pronunciada durante el XI Pleno del Comité Central del Partido Comunista, donde aseguró que cada jornada de la Revolución debía contarse como un triunfo. Desde esa lógica, el editorial llamaba a librar una supuesta “batalla económica e ideológica” con la vista puesta en 2026, año del centenario de Fidel Castro, y apelaba a la ya trillada idea de una “resistencia creativa” del pueblo.

Pero la reacción fue demoledora. Cientos de cubanos usaron la propia publicación en Facebook para contrastar el triunfalismo con una realidad marcada por apagones eternos, inflación descontrolada, escasez y servicios básicos en ruinas. Uno de los comentarios más compartidos fue directo al centro: ninguna ideología vale más que la vida y la dignidad de las personas.

La mayoría coincidió en señalar la brecha obscena entre el discurso del poder y la vida cotidiana. Un usuario escribió que esas “victorias” solo existen para quienes no pasan hambre ni duermen a oscuras, mientras que para el resto del país cada día es uno más de agotamiento y angustia. Otro fue aún más ácido: si tener a un pueblo sumido en la miseria cuenta como victoria, entonces sí, el régimen gana todos los días.

Las críticas también apuntaron sin rodeos a los privilegios de la élite gobernante. Varios comentarios denunciaron que mientras los dirigentes viven como ricos, el pueblo sobrevive como puede. Hubo quien ironizó que cada día en el poder deberían agradecerlo, porque en cualquier país normal ya estarían rindiendo cuentas ante la justicia.

Algunos usuarios fueron más allá y pusieron el foco en las promesas incumplidas del Partido. Recordaron que desde hace más de una década se repiten las mismas consignas sobre producir más, corregir errores y “perfeccionar el modelo”, mientras lo único que realmente se ha perfeccionado es la escasez. No es falta de sacrificio del pueblo, decían, sino falta de voluntad para cambiar un sistema que ya no da más.

La ironía se convirtió en protagonista. Hubo quien preguntó con sorna contra qué se está ganando y cuál es el marcador de esa supuesta racha victoriosa. Otros compararon el editorial con un tabloide humorístico y no faltó el comentario que resumió el sentir popular: “esto parece una burla”.

También aparecieron reflexiones más profundas. Algunos cuestionaron cómo puede llamarse Revolución a un proyecto que no pone la vida humana en el centro. Para muchos, lo que el poder vende como triunfo es en realidad sacrificio impuesto. Otros señalaron la contradicción de hablar de unidad en un país dividido por monedas, privilegios y apagones selectivos.

Incluso se retomó otra consigna reciente de Díaz-Canel, “aquí no se va a rendir nadie”, para subrayar el absurdo. Mientras el país se hunde, dijeron, el Gobierno sigue pidiendo resistencia infinita. Avanzar, sí, pero hacia la miseria, fue una de las frases más repetidas.

La publicación de Granma terminó convertida en una especie de desahogo colectivo. Entre sarcasmo, enojo y frustración, los comentarios dejaron claro algo: el relato de victorias ya no conecta con un pueblo agotado, que vive entre carencias y apagones, y que cada vez pierde más el miedo a decirlo en voz alta.

Mientras el régimen insiste en su narrativa épica y culpa a enemigos externos, las redes muestran otra Cuba. Una donde las consignas ya no convencen y donde el discurso oficial suena, cada vez más, como una victoria solo para los que mandan, no para los que sobreviven.

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