La migración cubana volvió a teñirse de luto. Dos ciudadanos cubanos perdieron la vida en un grave accidente de tránsito en el estado brasileño de Roraima, mientras intentaban ingresar de manera irregular a ese país, una ruta cada vez más transitada por quienes huyen del colapso económico y social de la isla.
El hecho ocurrió en la tarde del lunes, en el municipio de Bonfim, durante una persecución policial en la que estuvo involucrado el vehículo donde viajaban varios migrantes cubanos rumbo a Boa Vista. Según la Policía Federal de Carreteras de Brasil, el automóvil volcó tras una huida a alta velocidad que terminó de la peor manera.
En el lugar murieron un adolescente de 16 años y una joven de 26, mientras siete personas resultaron gravemente heridas, entre ellas dos niños de apenas tres y ocho años. Otra persona sufrió lesiones leves. Las autoridades no han revelado los nombres de las víctimas, aunque medios independientes señalaron que entre los fallecidos había una mujer y un menor de edad.
De acuerdo con el informe policial, los agentes detectaron un vehículo con sobreocupación evidente, donde viajaban nueve cubanos y un conductor brasileño, que intentaban entrar ilegalmente a Brasil desde Guyana por la carretera BR-401. Al notar la presencia policial, el chofer dio media vuelta y emprendió la fuga a toda velocidad.
Durante la persecución, el conductor realizó maniobras temerarias, adelantamientos ilegales y conducción por el arcén. Luego tomó un camino de tierra, perdió el control del auto y terminó volcado, con las ruedas hacia arriba. Cuando llegaron los rescatistas, dos cubanos ya habían fallecido.
Personal médico, bomberos y forenses acudieron al lugar para rescatar a los heridos y recuperar los cuerpos. Posteriormente, la Policía de Carreteras imputó al conductor cargos graves, incluyendo tráfico de personas, homicidio culposo y lesiones por negligencia agravada. El caso fue remitido a la Policía Federal para su procesamiento judicial.
Uno de los sobrevivientes declaró que cada cubano había pagado 500 dólares para ser trasladado de manera ilegal a Brasil. Una cifra que duele, pero que muchos asumen como única opción cuando vivir en Cuba se vuelve inviable.
Esta ruta migratoria por Guyana y el norte de Brasil se ha convertido en una de las más utilizadas por cubanos en los últimos años. No es turismo, es huida, es escape forzado de un país donde el salario no alcanza, la comida no aparece y el futuro fue cancelado por decreto.
Las cifras lo confirman. Solo entre enero y septiembre de 2025, más de 30,700 cubanos solicitaron asilo en Brasil, un número que casi iguala el total acumulado de solicitudes registradas durante más de una década anterior. El mensaje es claro: la crisis bajo el régimen de Miguel Díaz-Canel no hace más que expulsar gente.
Cada tragedia en una carretera extranjera tiene un responsable político en La Habana. No mueren por casualidad, mueren escapando. Y mientras el discurso oficial habla de resistencia y soberanía, los cubanos siguen dejando la vida en rutas ilegales, pagando a coyotes, subiéndose a autos inseguros y apostándolo todo por una oportunidad que su propio país les negó.







