Esta semana, 22 migrantes cubanos fueron enviados a la base naval de Guantánamo, reactivando un operativo de detención con fines de deportación que había estado suspendido casi dos meses, según informó The New York Times.
Los hombres llegaron en un vuelo chárter del ICE procedente de Luisiana, convirtiéndose en los primeros cubanos enviados a la base desde enero, cuando la administración de Donald Trump reactivó Guantánamo para retener a migrantes considerados deportables.
Con este traslado, la base mantiene actualmente a unos 730 hombres, en su mayoría provenientes de países de América Latina como El Salvador, Guatemala y Venezuela. Las autoridades estadounidenses no detallaron si los cubanos serán repatriados a la isla ni cómo se ejecutaría ese proceso.
En ocasiones anteriores, los retornos a Cuba se han hecho a través de un punto específico de la valla que separa la base del territorio cubano, custodiado por militares y rodeado de un campo minado. Otras veces, los deportados han sido transportados en aviones fletados o aeronaves militares.
Un funcionario anónimo del Departamento de Defensa señaló que cinco de los cubanos fueron clasificados como “extranjeros ilegales de alto riesgo”, alojados en instalaciones de máxima seguridad que antes recibieron a sospechosos vinculados a Al Qaeda. Los restantes permanecen en un centro tipo dormitorio, utilizado históricamente para solicitantes de asilo caribeños.
La portavoz del DHS, Tricia McLaughlin, afirmó que algunos detenidos tienen antecedentes por delitos graves como homicidio, secuestro y agresión, aunque no se proporcionaron pruebas ni identidades verificables, generando dudas sobre la transparencia del proceso.
La base había quedado vacía desde octubre, tras el traslado de 18 detenidos a El Salvador y Guatemala y el paso de un huracán que obligó a evacuar temporalmente al personal. Ahora, con la reapertura, Guantánamo vuelve a estar en el centro de la polémica migratoria, justo cuando un juez federal de Washington cuestionó la legalidad del uso de la base para retener migrantes.
Organizaciones de derechos civiles, como la ACLU, han denunciado la falta de transparencia y describen la base como una “caja negra” en materia migratoria, recordando que en los años 90 Guantánamo ya fue usada para retener a cubanos interceptados en el mar, muchos de los cuales finalmente pudieron ingresar a Estados Unidos. Hoy, su reapertura evidencia que la polémica y las tensiones humanitarias siguen sin resolverse.
