Miguel Díaz-Canel reconoció este jueves lo que millones de cubanos ya saben en carne propia: la economía está en crisis. Inflación, apagones, escasez de alimentos y transporte colapsado marcan la vida diaria, pero el gobernante insiste en mirar hacia afuera, responsabilizando al “bloqueo estadounidense” por la magnitud del desastre.
Durante la clausura del Sexto Periodo Ordinario de la Asamblea Nacional, el mandatario admitió que el país viene de años de decrecimiento del PIB, caída de ingresos externos y crisis energética, y aseguró que “se reconoce la magnitud de la crisis, no se maquilla la realidad”. Sin embargo, volvió a culpar al contexto internacional, denunciando una “agresión económica incesante” que, según él, deprime el poder adquisitivo de los cubanos.
Díaz-Canel presentó el Programa de Gobierno para “corregir distorsiones y reimpulsar la economía” como la guía obligatoria para organismos, empresas y territorios, señalando retos como reducir la vulnerabilidad energética, recuperar capacidades productivas y controlar déficit fiscal e inflación. También reclamó más rendición de cuentas: “Mientras nos quedemos en análisis de informes que terminan siendo autopsias inútiles, no vamos a resolver nada”, advirtió.
A pesar de admitir “errores propios” y la necesidad de transformaciones estructurales y de mentalidad, volvió a enmarcar las causas principales de la crisis en factores externos. “Nadie ha escrito cómo se construye el socialismo en un país que emergió de más de cuatro siglos de coloniaje y 60 años de subordinación neocolonial… esa historia la estamos escribiendo nosotros, los cubanos”, dijo, dejando claro que el relato oficial sigue siendo el de la victimización frente al mundo.
En medio del discurso, Díaz-Canel propuso declarar 2026 como el “Año del Centenario del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz”, respaldado por los diputados. La Presidencia citó al gobernante: “Que cada tarea que emprendamos… lleve impregnado el espíritu fidelista de lucha”, reforzando la estrategia de mantener a Fidel y su legado como eje simbólico del poder, incluso décadas después de su muerte.
El acto contó con la presencia de Raúl Castro y del presidente del Parlamento, Esteban Lazo, mientras el país sigue enfrentando apagones, precios disparados y escasez de productos básicos. Apenas una semana antes, Díaz-Canel había reconocido que el PIB había decrecido más del 4% al cierre del tercer trimestre de 2025, con “inflación disparada, desabastecimiento y generación térmica crítica”.
A pesar de los anuncios y reconocimientos públicos, la vida cotidiana de los cubanos no muestra mejoras, y la combinación de apagones, escasez y precios que suben sin control sigue marcando la realidad de la Isla.










