Ignacio Giménez vuelve a la carga con una nueva mentira: Promete un «regalo sorpresa» a todos los cubanos que tengan cuenta bancaria para enero

Redacción

El mitómano reincidente Ignacio Giménez vuelve a la carga con otra historia difícil de creer, esta vez envuelta en un supuesto gesto de “disculpa” tras el escándalo de los 1.100 dólares prometidos a cada cubano en diciembre, un engaño que nunca se materializó y que dejó a miles con la esperanza colgando del aire.

Lejos de reconocer el bulo con claridad, Giménez ha decidido doblar la apuesta. En sus redes sociales aseguró ahora que todo lo anterior fue apenas una “prueba” y que, como compensación, todos los cubanos que tengan cuentas bancarias en la isla recibirán un “regalo” en enero, sin hacer absolutamente nada. Ni trámites, ni solicitudes, ni explicaciones técnicas. Magia pura.

Según su nuevo relato, cualquier persona con cuenta en el Banco Metropolitano, el Banco Popular de Ahorro o BANDEC verá reflejado un ingreso automático durante la primera semana de enero. Basta, dice él, con mirar el saldo. Así, sin más. En un país donde ni el salario alcanza y los bancos apenas tienen efectivo, la promesa suena más a chiste malo que a plan serio.

Giménez presenta este supuesto depósito masivo como una forma de pedir perdón al pueblo cubano. Una disculpa bancaria, como si mover dinero dentro del sistema financiero cubano dependiera del capricho de un influencer y no de un Estado que controla cada centavo que entra y sale. La narrativa es tan endeble que ni él mismo parece tomársela en serio.

Para rematar, vuelve a mezclar su fantasía personal con amenazas judiciales, asegurando que la televisión estatal cubana deberá disculparse públicamente por haber insinuado problemas mentales suyos. De no hacerlo, afirma que se incautarán bienes de la cúpula del régimen en España, como si existiera ya una sentencia firme y ejecutable contra el Estado cubano. Todo contado con una seguridad que no se sostiene en ningún documento verificable.

El delirio alcanza otro nivel cuando anuncia que volará a Cuba el 2 de enero para trabajar desde el Miramar Trade Centre en un supuesto proyecto de “regeneración económica” acordado con el gobierno y apoyado por organismos internacionales. Sí, el mismo gobierno que, según él, lo difama en televisión, ahora lo recibiría con alfombra roja para salvar la economía nacional. Ni las novelas brasileñas llegan a tanto.

Incluso da una dirección exacta donde dice que residirá en La Habana y anuncia una nueva plataforma de transmisiones desde la isla. Todo muy detallado, muy cinematográfico, pero completamente desconectado de la realidad cubana, donde ni los empresarios extranjeros tienen esa libertad, mucho menos un personaje sin respaldo institucional conocido.

Mientras tanto, el daño es real. Cada bulo de este tipo juega con la desesperación de la gente, con jubilados que sobreviven con pensiones de miseria y familias que revisan sus cuentas esperando un milagro que nunca llega. Prometer dinero en Cuba no es un juego: es tocar una herida abierta.

En un país devastado por la incompetencia del régimen y la miseria estructural, estos cuentos no ayudan, confunden y alimentan falsas esperanzas. Y cuando enero pase y los “regalos” no aparezcan, como ya ocurrió en diciembre, el saldo será el mismo de siempre: cero dólares… y una burla más al pueblo cubano.

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