En plena ola de apagones que afecta a todo el país, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, aseguró ante la Asamblea Nacional que la meta del Gobierno va más allá de recuperar el sistema eléctrico: busca “la independencia de los combustibles fósiles y la soberanía energética”.
Según De la O Levy, la generación distribuida habría pasado de 300 a más de 1,000 MW, con 51 parques solares instalados y cerca de 800 MW ya sincronizados al sistema. También destacó los 11,000 grupos electrógenos de emergencia, que garantizaron la electricidad en hospitales durante el paso del huracán Melissa.
No obstante, reconoció que el déficit energético persiste en varias provincias y que la sostenibilidad depende del uso de crudo, gas nacional, sol y viento.
El anuncio del ministro coincide con las cifras del primer ministro Manuel Marrero Cruz, quien dijo que 1,150 millones de dólares se han destinado a la recuperación del Sistema Electroenergético Nacional (SEN). Sin embargo, las reacciones en redes sociales muestran escepticismo y frustración.
“Se ha notado mucho la inversión, cada día es una victoria de los apagones sobre el pueblo”, ironizó un usuario desde La Habana. Otra usuaria de Matanzas agregó: “Mientras el país siga oscuro, no nos interesa; la solución no es decir y decir, sino resolver y brindar servicio eléctrico”.
Otros comentarios cuestionan la relación entre la inversión y los resultados. Un trabajador de ETECSA calculó: “Imposible gastar 1,8 millones de USD por MW y mucho menos en reparaciones”. Desde varias provincias, madres, padres y profesionales coinciden: las termoeléctricas necesitan ser nuevas, no parches.
La frustración es generalizada. “Nos tienen sin agua, electricidad, medicinas, comida… Tremendo trabajo de exterminio masivo”, escribió un internauta.
Mientras el Gobierno insiste en planes de recuperación y transición energética, la realidad de millones de cubanos sigue marcada por apagones de hasta 20 horas diarias, falta de información y una sensación creciente de abandono.
