Familiares en Cuba y en Miami denunciaron el traslado inesperado de migrantes cubanos detenidos en Luisiana hacia la base naval de Guantánamo, a pesar de que —según aseguran— ya habían firmado su salida voluntaria para ser deportados a la isla.
La denuncia fue revelada en un reportaje de Telemundo 51, donde los allegados relataron la angustia y el desconcierto al enterarse de que sus familiares no regresaban a Cuba, sino que eran enviados a una instalación militar históricamente asociada a detenciones prolongadas y abusos.
Uno de los casos más alarmantes es el de Marcos Alejandro Ávila Íñiguez, quien logró comunicarse con su familia desde la base naval. Según su testimonio, fue recibido apuntado con rifles y mantenido encadenado, incluso durante la llamada telefónica realizada el lunes.
Telemundo 51 identificó a Ávila como uno de los 22 cubanos trasladados el pasado domingo en un vuelo chárter procedente de Luisiana. A su historia se suman las de Erick Mauri Zamora, Emanuel Valverde Tamayo y Yesier Abreu Arronde, cuyos familiares también aseguran que habían firmado voluntariamente su retorno a Cuba.
Una de las parientes explicó que, tras firmar los documentos, el 14 de diciembre fue llevado directamente a Guantánamo, sin explicación previa ni información oficial clara.
La confusión fue total. Algunos familiares contaron que, tras recibir avisos de deportación, esperaron durante horas en aeropuertos de Florida un vuelo que nunca llegó, hasta tener que regresar a casa “con una tristeza que no se quita”.
Ante las denuncias, Telemundo 51 contactó al Departamento de Seguridad Nacional (DHS). En un comunicado, la agencia afirmó que los migrantes que ingresen ilegalmente a Estados Unidos pueden ser enviados a Guantánamo u otros centros, y aseguró que entre los trasladados hay personas con antecedentes criminales graves.
Sin embargo, las familias entrevistadas lo niegan rotundamente y sostienen que sus parientes no tienen récord criminal, lo que abre serios cuestionamientos sobre la legalidad y proporcionalidad de estos traslados.
Un informe presentado ante el Congreso recuerda además que mantener detenidos en Guantánamo cuesta al gobierno federal unos 10,000 dólares diarios por persona, y que esta política ya ha generado gastos superiores a los 39 millones de dólares.
Estados Unidos reactivó así el envío de migrantes cubanos a la base naval, una práctica cargada de simbolismo, polémica y traumas, que había estado en pausa durante dos meses. Según The New York Times, el vuelo fue operado por ICE y marca el primer traslado de cubanos a Guantánamo desde enero.
Mientras crecen las preguntas legales y humanitarias, 22 hombres permanecen retenidos en una base conocida por el silencio, el aislamiento y la incertidumbre, muy lejos de la deportación que les prometieron.










