Tenía 19 años y un futuro por delante: muere recluta en prácticas del Servicio Militar en Guantánamo

Redacción

Un nuevo episodio trágico vuelve a poner en evidencia el lado más oscuro del Servicio Militar Obligatorio en Cuba. Esta vez, la víctima fue un joven de apenas 19 años, Eldis Leyva Nieves, quien perdió la vida tras sufrir heridas graves durante unas prácticas militares en un campo de tiro en la provincia de Guantánamo.

La información fue dada a conocer por el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada a través de redes sociales, en un país donde este tipo de sucesos rara vez se reconocen de manera oficial y casi siempre salen a la luz gracias a denuncias independientes.

Según los datos divulgados, el accidente ocurrió alrededor de las 2:15 de la tarde, cuando un cohete explotó en pleno aire durante un ejercicio militar. La detonación provocó que fragmentos del artefacto salieran disparados, alcanzando a varios de los militares que participaban en la práctica. Un entrenamiento que debía ser “controlado” terminó convertido en una escena fatal.

Eldis, quien cumplía el servicio en la Unidad Militar 2431 de la Brigada de la Frontera, fue trasladado de urgencia al Hospital General Docente Dr. Agostinho Neto, en Guantánamo. A pesar de recibir atención médica, su estado era crítico desde el inicio. El joven falleció a las 6:38 de la tarde, apenas cuatro horas después del accidente, debido a la gravedad de las heridas sufridas.

En el mismo suceso también resultó herido un capitán del Regimiento de Artillería, identificado como Eduardo Maturel García. Permanece ingresado en observación y, según los reportes, su vida no corre peligro, con lesiones consideradas menos severas.

Una vida truncada por un sistema forzoso

Eldis Leyva Nieves era natural de Ocujal del Turquino, en el municipio Guamá, Santiago de Cuba. Había concluido recientemente sus estudios de Enfermería y se encontraba cumpliendo el Servicio Militar cuando ocurrió el fatal incidente. Un joven preparado para salvar vidas terminó perdiendo la suya en un ejercicio militar absurdo.

La familia está devastada. El velorio se realiza solo por unas horas y el cuerpo será conservado en cámara fría, a la espera de la llegada de su padre, Erdys Leyva Isasc, quien reside actualmente en Venezuela. Otra familia separada por la migración forzada que ahora enfrenta una pérdida irreparable.

Sus padres dedicaron su vida al sector público y a la educación. Su padre fue director de una secundaria básica en la comunidad y su madre ha trabajado durante años como profesora. Eldis era mellizo, aunque no ha trascendido si su hermano también cumple el servicio militar.

Silencio, opacidad y muerte

Hasta el momento, no existe ninguna versión oficial que explique qué falló, por qué detonó el cohete o quién asumirá responsabilidades. Ni el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias ni las autoridades militares han emitido comunicado alguno. El silencio, como siempre, es la respuesta del régimen.

La muerte de Eldis vuelve a encender las alarmas sobre los riesgos reales del Servicio Militar Obligatorio en Cuba, un sistema impuesto, sin garantías, donde jóvenes recién graduados son expuestos a armamento activo en condiciones que nadie supervisa ni audita públicamente.

Casos como este no son hechos aislados. Se repiten una y otra vez en un contexto marcado por falta de transparencia, negligencia y ocultamiento sistemático. Mientras las familias lloran, el Estado mira hacia otro lado y evita asumir cualquier responsabilidad.

La muerte de Eldis Leyva Nieves se suma a una larga lista de reclutas fallecidos en los últimos años por accidentes, enfermedades mal atendidas, suicidios y presuntos abusos dentro de unidades militares. Una cadena de tragedias que el régimen intenta normalizar, pero que cada vez genera más indignación y rechazo social.

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