Mientras millones de cubanos hacen malabares para conseguir alimentos básicos, los hoteles del país parecen vivir en otro mundo. La abundancia que se ve en estos establecimientos administrados por el Estado es tan extrema que resulta casi surrealista frente a la precariedad que enfrenta la mayoría de la población.
Recientemente, un video que se volvió viral en redes sociales mostró un buffet impresionante en el Meliá Habana, con mesas llenas de jugos, leche, yogur, cereales, panes, carnes, jamones, quesos, frutas, vegetales y dulces. En el contexto cubano, ese despliegue no es un lujo cualquiera: es un verdadero festín, casi inalcanzable para quienes enfrentan colas interminables y precios prohibitivos por productos básicos.
“Los hoteles en Cuba no conocen de bloqueo, ni embargo americano, y los cubanos aguantan hambre”, escribió el usuario hermesyasell_cubaface, quien compartió las imágenes en Instagram, generando indignación y debates sobre la desigualdad. Mientras turistas y extranjeros disfrutan de comidas variadas y abundantes, muchas familias cubanas dependen del mercado informal o de lo poco que logran encontrar en tiendas estatales.







