Choque entre un motociclista y un jeep deja al conductor de la moto fallecido en plena calle en céntrica avenida habanera

Redacción

Un choque violento entre una moto y un jeep terminó en tragedia este domingo en Marianao, La Habana, dejando una persona fallecida y otra luchando por su vida, en un escenario que vuelve a poner sobre la mesa el desastre del tránsito en Cuba y la indiferencia oficial ante puntos negros conocidos por los vecinos.

El accidente ocurrió alrededor de las cinco de la tarde, en la intersección de la avenida 51 con la calle 94, una esquina que los residentes describen como peligrosa desde hace años. Según testimonios publicados en redes sociales, una moto eléctrica que circulaba por 94 no respetó la señal de Pare y fue impactada por un jeep Willys que avanzaba por la avenida principal.

El golpe fue devastador. El conductor de la motorina murió en el acto y su acompañante sufrió heridas graves, por lo que fue trasladado de urgencia a un hospital, de acuerdo con el perfil Cuba Denuncia. Las imágenes difundidas por vecinos muestran una escena que estremece: la moto incrustada bajo la defensa del jeep y el cuerpo sin vida tendido sobre el asfalto, mientras la gente mira impotente.

Testigos coinciden en que el chofer de la moto se incorporó a la avenida sin detenerse, pero también señalan que el jeep, que llevaba pasajeros, circulaba a una velocidad excesiva, algo habitual en ese tramo. En La Habana, el irrespeto a las señales y la conducción temeraria conviven a diario con la falta de control real.

Horas después del accidente, el cadáver aún permanecía en la vía pública, según constató el medio independiente CubaNet. El área seguía acordonada con cinta amarilla, el tráfico era regulado de manera improvisada y varios agentes del Ministerio del Interior rondaban el lugar, como suele ocurrir cuando ya el daño está hecho.

Vecinos de la zona llevan años denunciando que en esa intersección no existe un semáforo, a pesar del alto flujo de vehículos, peatones y motos. Las quejas han caído en saco roto. Mientras tanto, la gente sigue cruzando a la suerte, en un país donde la prevención nunca es prioridad y las soluciones llegan tarde, si es que llegan.

En los comentarios en redes, muchos coincidieron en que el accidente pudo evitarse respetando la señal de Pare, pero otros apuntaron a una realidad igual de peligrosa: por la avenida 51 se corre como si no hubiera mañana, sin fiscalización ni consecuencias.

Un usuario resumió el drama con crudeza al preguntarse si la tragedia era evitable. La respuesta, en Cuba, casi siempre es la misma: sí, pero nadie hizo nada. La suerte se acaba, y cuando se acaba, el precio se paga con vidas.

Hasta el cierre de esta nota, las autoridades no habían emitido ningún comunicado oficial ni revelado las identidades de la víctima mortal y del herido, una opacidad que ya es costumbre cuando se trata de accidentes que dejan al descubierto negligencias estructurales.

Las cifras oficiales confirman que esto no es un hecho aislado. Entre enero y agosto, más de cinco mil accidentes de tránsito sacudieron al país, con más de 500 fallecidos y miles de heridos, y en la mayoría hubo víctimas. Las motos y ciclomotores siguen encabezando la lista, reflejo de calles deterioradas, normas ignoradas y un Estado incapaz de garantizar seguridad vial.

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