Cubanos recibirán la Navidad a oscuras por los apagones que no dan tregua

Redacción

El sistema eléctrico cubano volvió a tocar fondo en pleno cierre de año. Este lunes 22 de diciembre transcurrió entre apagones constantes y un colapso que se extiende a este martes, con un déficit que ya supera los 1.900 megawatts, según cifras oficiales de la Unión Eléctrica, esa misma que lleva años prometiendo milagros que nunca llegan.

De acuerdo con la propia empresa estatal, la afectación máxima del lunes rozó los 1.984 MW al caer la tarde, justo cuando la gente intenta cocinar o descansar. Ya en la mañana de hoy, la disponibilidad real del Sistema Eléctrico Nacional apenas alcanza los 1.424 MW, frente a una demanda de 2.326 MW, lo que deja a más de 940 MW en el aire, literalmente.

En buen cubano: no hay corriente porque no hay con qué producirla, y el discurso oficial no alumbra ni un bombillo.

El panorama técnico es un desastre anunciado. Varias de las principales termoeléctricas del país están fuera de combate por averías y mantenimientos eternos. Unidades claves en Santiago de Cuba, Mariel, Felton, Santa Cruz y Cienfuegos siguen paradas, confirmando que el sistema eléctrico está viejo, remendado y sin futuro cercano. En total, más de 500 MW están fuera de juego solo por problemas en la generación térmica.

Pero la cosa no termina ahí. A la falta de plantas operativas se suma el crónico desabastecimiento de combustible, otro tema que el régimen intenta maquillar. Decenas de centrales de generación distribuida están apagadas por no tener con qué funcionar, mientras otras permanecen detenidas por algo tan básico como la escasez de lubricantes. El resultado es demoledor: más de 1.100 MW indisponibles por pura ineficiencia y abandono.

La “solución” anunciada por la Unión Eléctrica roza el chiste. La posible entrada de una unidad en Renté aportaría apenas 45 MW, una gota en el desierto frente a una demanda máxima que ronda los 3.400 MW. Ni sumando milagros alcanza.

Con este escenario, el propio pronóstico oficial reconoce un déficit cercano a los 1.931 MW y apagones que podrían rozar los 1.961 MW en horario nocturno, justo en la víspera de Nochebuena. O sea, velitas no por tradición, sino por obligación.

Mientras el Gobierno insiste en hablar de “recuperación energética” y planes a largo plazo, la realidad es otra muy distinta. El sistema eléctrico cubano está roto, víctima de décadas de mala gestión, corrupción, dependencia externa y cero inversiones reales. El cuento se repite, pero cada año duele más.

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