Insurrecto rompe el silencio desde Alligator Alcatraz: “Nos están destruyendo”

Redacción

Lo que está denunciando el rapero cubano Insurrecto desde un centro de detención migratoria en Estados Unidos no es cualquier cosa. Sus palabras, crudas y sin filtros, han encendido las redes y vuelto a poner el foco en las condiciones en las que viven muchos cubanos bajo custodia migratoria. Desde el lugar conocido como Alligator Alcatraz, en Florida, el artista asegura que allí “les están haciendo la vida un yogur”.

Detrás del nombre artístico Insurrecto está Leandro Medina Fellové, un rapero cubano que actualmente se encuentra detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), a la espera de un proceso de deportación. Desde ese centro, que ya arrastra una reputación polémica, decidió alzar la voz y contar lo que, según él, ocurre puertas adentro.

A través de un audio enviado a medios independientes e influencers cubanos, el rapero describe un panorama que poco tiene que ver con el “sueño americano”. Habla de suciedad, frío extremo, abandono y un trato que califica de inhumano. Su relato no suena exagerado, suena desesperado.

“Esto es una reverenda mierda”, arranca diciendo sin rodeos. Según explica, los propios detenidos son quienes deben limpiar las celdas, pero sin productos ni recursos básicos. Los inodoros se tupen constantemente, las tuberías no funcionan y los desbordes de aguas sucias son parte del día a día. Para colmo, asegura que allí no hay televisión ni tabletas, algo común en otros centros, y que la alimentación es mínima: agua en cada comida y ni rastro de leche o algo decente.

Insurrecto también cuestiona por qué recibe ese trato cuando, según él, su delito fue menor. Explica que fue detenido por un DUI, es decir, conducir bajo la influencia de sustancias, y deja claro que no se trata de un crimen violento. “No asalté la Casa Blanca ni robé un banco”, dice, recalcando que tuvo un mal día y ahora paga un precio desproporcionado.

Uno de los puntos más alarmantes de su denuncia es el frío extremo dentro del comedor. Afirma que los detenidos tienen que comer temblando, mientras los oficiales mantienen temperaturas bajísimas. A eso se suma lo que describe como actitudes racistas y un trato hostil por parte del personal. “No tengo palabras para describir esto”, confiesa.

La situación sanitaria tampoco pinta mejor. El rapero asegura que la comida es de mala calidad, que no existe servicio de barbería ni acceso básico a higiene personal y que enfermó con un virus sin recibir atención adecuada. Según cuenta, los médicos pueden tardar hasta tres días en aparecer, si es que aparecen.

Alligator Alcatraz alberga actualmente a cientos de cubanos, incluyendo personas mayores y antiguos migrantes del éxodo del Mariel. Varios testimonios coinciden en describir un entorno de hacinamiento extremo, falta de atención médica y condiciones insalubres que empeoran con el paso de los días.

El centro está compuesto por carpas con jaulas donde se amontonan entre 27 y 32 personas. Solo hay tres baños por grupo y las duchas están limitadas a tres veces por semana, sin que se les proporcionen productos de aseo. Dentro del recinto, muchos dicen no saber ni qué hora es, que el agua no se puede tomar y que la comida llega fría.

El mensaje de Insurrecto termina como empezó: con una súplica. Pide apoyo, visibilidad y que no se mire hacia otro lado. “Nos están haciendo la vida un yogur”, repite, resumiento en una frase muy cubana lo que, para él y muchos otros, se ha convertido en una pesadilla detrás de las rejas.

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