Ja Rulay se despide de los apagones en Cuba y desata polémica

Redacción

En Cuba, decir que ya no tienes problemas con los apagones es casi como anunciar que te sacaste la lotería. Y precisamente eso fue lo que hizo el reguetonero cubano Ja Rulay, quien decidió darle jaque mate a la crisis eléctrica instalando paneles solares en su casa, un paso que para muchos no es solo una mejora, sino un verdadero sueño cumplido.

El artista compartió la noticia con orgullo en sus redes sociales, dejando claro que estaba más que satisfecho con la decisión. En una historia de Instagram mostró la azotea de su vivienda completamente equipada con los paneles y soltó una frase que resume el sentir de millones de cubanos: “Se acabó lo que se daba”. Según explicó, contó con una empresa especializada que se encargó de toda la instalación.

Ja Rulay no lo presentó como un lujo ni como un capricho de famoso. Al contrario, habló del tema como quien por fin encuentra una salida a un problema diario. “Gracias a esta compañía que hizo posible cumplir mi sueño”, dijo, rematando con lo que más llamó la atención: no tener más lucha con la luz, con la corriente ni con los apagones interminables.

Las imágenes no tardaron en circular por páginas de entretenimiento y perfiles de farándula cubana. En cuestión de horas, el video estaba regado por todo Instagram y Facebook, acompañado de miles de reacciones. Para muchos, la decisión del reguetonero fue simplemente lógica: si puedes resolver, resuelve.

“Lo mejor de lo mejor, buscar solución para el problema”, comentó una seguidora, mientras otros aplaudían la iniciativa y animaban a cualquiera que tenga los recursos a hacer lo mismo. “El que puede, puede”, escribió otro usuario, reflejando una mentalidad cada vez más extendida en la isla: sobrevivir como se pueda.

Pero como suele pasar con cualquier tema sensible en Cuba, no todo fue aplauso. Las críticas no tardaron en aparecer y apuntaron directamente a la raíz del problema. “Imagínate vivir en un país donde tener luz sea un privilegio”, comentó alguien con evidente ironía. Otro fue aún más directo: “Si tienes dinero, obvio que te los compras”, dejando claro que no todos pueden acceder a este tipo de soluciones.

Y ahí está el punto que vuelve viral cualquier historia relacionada con energía en Cuba. Más allá de Ja Rulay y su casa, el debate gira en torno a una realidad dura: tener electricidad estable se ha convertido en un símbolo de estatus. Algo que debería ser básico ahora depende del bolsillo.

En medio de apagones prolongados, equipos electrodomésticos dañados y noches eternas sin ventilador, los paneles solares han pasado de ser una rareza a convertirse en el gran sueño de muchas familias cubanas. Para algunos es inversión, para otros salvación, y para muchos más, algo completamente inalcanzable.

El caso de Ja Rulay resume perfectamente esa contradicción. Por un lado, un artista celebrando una solución real a un problema real. Por el otro, una población que observa desde la escasez cómo la normalidad se convierte en privilegio. Entre elogios, sarcasmos y reproches, el mensaje es claro: en Cuba, tener tu propia corriente ya no es solo comodidad, es libertad.

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