En medio de apagones interminables, mercados vacíos y salarios que no alcanzan ni para lo más básico, el conglomerado turístico Gaviota –perteneciente al holding militar GAESA– celebró la reinauguración de un hotel de alto estándar en Varadero, uno de los principales polos turísticos de la isla.
Según Facebook, la instalación ahora opera bajo la administración de la cadena italiana Domina y se promociona como un espacio donde lujo, confort y vistas al mar se combinan para ofrecer experiencias exclusivas a los visitantes. La empresa estatal no escatimó en palabras: “¡Bienvenidos a Domina Marina Varadero! Descubran esta nueva etapa del complejo”, mientras la cadena italiana describe el lugar como un sitio donde “cada detalle refleja excelencia y exclusividad”.
Pero el entusiasmo promocional choca con la realidad de la mayoría de los cubanos. Mientras se invierten millones en resorts para turistas extranjeros, miles de familias enfrentan jornadas de 12, 18 e incluso 20 horas sin electricidad, precios disparados y un sistema de abastecimiento que no garantiza lo básico.
El hotel reinaugurado era antes el Meliá Marina Varadero, inaugurado en 2013 y considerado uno de los resorts cinco estrellas más completos de la zona, con 423 habitaciones, apartamentos, centro de buceo y servicios de marinas. Tras la pandemia y años de abandono, la instalación llegó a estar en condiciones deplorables: pasillos oscuros, elevadores fuera de servicio, suciedad y hasta manchas de sangre en las sábanas.
Internautas que trabajaron allí o lo visitaron recordaron la degradación: “Azulejos rotos, puertas cayéndose a pedazos, todo sucio”, relató una turista. La reinauguración bajo otra administración no borra el contraste: mientras el lujo se eleva frente al mar, la vida cotidiana de los cubanos sigue sumida en la precariedad.
Esta reapertura vuelve a mostrar la lógica económica del régimen: canalizar recursos hacia el turismo internacional controlado por GAESA, dejando de lado sectores esenciales como la producción de alimentos, la generación eléctrica y el transporte público. Domina Marina Varadero no solo representa otro hotel de lujo, sino un símbolo del modelo que privilegia ganancias turísticas mientras millones de cubanos enfrentan una emergencia social diaria.
