La tradicional Letra del Año 2026 aún no ha sido revelada por la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, dejando a miles de practicantes dentro y fuera de la isla con las manos cruzadas y el alma en suspenso. Este pronóstico espiritual, que marca cada diciembre los pasos y advertencias para el año siguiente, suele ser un faro guía para la comunidad afrocubana, pero este 2025 se ha hecho esperar más de lo habitual.
El silencio oficial ha desatado especulaciones y rumores. No hay adelantos, imágenes del ritual de consulta ni publicaciones en redes sociales. Para muchos creyentes, esta ausencia rompe con una práctica ininterrumpida durante décadas, intensificando la incertidumbre en un momento donde la vida en Cuba ya se mueve entre tensiones sociales y políticas.
Fuentes cercanas al sector, que pidieron mantener el anonimato, sugieren que el retraso podría tener que ver con presiones externas o internas, un recordatorio de cómo incluso las instituciones culturales y religiosas están bajo el escrutinio del gobierno. En un país donde la religión y la política se rozan con frecuencia, cualquier signo de discreción despierta sospechas.
Normalmente, a finales de diciembre, la Asociación comparte un adelanto de la Letra que indica las divinidades regentes, advertencias y recomendaciones para el año entrante. Los creyentes lo consideran una herramienta espiritual esencial para organizar sus vidas, tomar decisiones y proteger a la familia. Este año, sin embargo, ni rastro del esperado resumen preliminar.
El retraso ha generado comentarios preocupados incluso entre comunidades afrocubanas en el exterior, donde estos pronósticos también tienen fuerte seguimiento. Hasta el momento, ninguna solicitud de información por medios independientes ha recibido respuesta, y muchos esperan que la situación se aclare en los primeros días de enero, o que al menos se publique la Letra de manera oficial.
La Letra del Año no es un ritual cualquiera: es uno de los eventos más significativos de la santería y otras prácticas afrocubanas. Su ausencia temporal no solo provoca curiosidad, sino que refuerza la sensación de incertidumbre en un contexto donde la inestabilidad social y espiritual ya se siente a diario en la isla.
En 2025, la Letra ofreció una profecía centrada en “una salud firme y segura en el plano de la tierra, con la bendición de todas las oshas y orishas”, con Shangó como divinidad regente y Oshún como acompañante. Además, incluía recomendaciones clave: cuidar a adolescentes y jóvenes, respetar la integridad familiar, tomar precauciones ante delitos y proteger la salud frente a enfermedades. Este año, los cubanos y practicantes esperan con ansias que la nueva Letra dé señales de guía en medio de un país que, más que nunca, necesita orientación y claridad espiritual.







