Casas sin cemento, otro invento loco del régimen para como «solución» para los damnificados que perdieron su vivienda por el huracán Melissa

Redacción

Las casas sin cemento, una idea que parece sacada de un experimento improvisado, se perfilan como la nueva “solución” del régimen cubano para enfrentar la devastación causada por el huracán Melissa en Santiago de Cuba. Autoridades locales aseguran que este invento llegó “para quedarse”, mientras miles de familias siguen sin un techo digno.

Según declaró a la prensa oficialista Danislay Hechavarría Duvalón, coordinadora de Programas y Objetivos de la Construcción en el Gobierno Provincial, esta alternativa forma parte de las medidas para intentar amortiguar el desastre habitacional que dejó el ciclón, con más de 137.000 viviendas dañadas y alrededor de 22.000 derrumbes totales.

La funcionaria explicó que también trabajan en la adaptación de locales y contenedores para convertirlos en viviendas, además de la construcción de cientos de casas tipología IV. Todo esto, presentado como respuesta creativa, deja claro el nivel de precariedad al que ha llevado el país el modelo económico del régimen.

Hechavarría Duvalón afirmó además que se “recupera la producción local de materiales de la construcción” y que se evalúan otras soluciones en los municipios más afectados, entre ellos Santiago de Cuba, Palma Soriano y Contramaestre. Como ejemplo, mencionó un prototipo de vivienda sin cemento ya construido en Segundo Frente, vendido como muestra de innovación.

Pero esta no es una idea nueva ni mucho menos exitosa. En junio pasado, el propio gobierno de Villa Clara anunció la construcción de dos viviendas experimentales, una en Santa Clara y otra en Remedios, levantadas sin una pizca de cemento ni acero. Hace apenas días, la prensa oficial volvió a aplaudir otra “novedad”: casas hechas con contenedores metálicos reutilizados, como si el problema fuera de creatividad y no de gestión.

Estas iniciativas se presentan como alternativas ante el déficit habitacional, la escasez de cemento y combustible, y los daños acumulados por ciclones como Melissa. Sin embargo, el desplome de la construcción de viviendas en Cuba desnuda la profundidad de la crisis. En 2024 se edificaron 5,5 veces menos casas que en 1984 y 15 veces menos que en 2006.

El economista Pedro Monreal recordó que incluso en 1992, uno de los peores años del Período Especial, se construyeron casi el triple de viviendas que el año pasado. Hoy, en lugar de soluciones reales, el régimen ofrece experimentos improvisados, mientras miles de cubanos siguen esperando algo tan básico como una casa segura donde vivir.

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